El giro de Sánchez descoloca a Yolanda Díaz sólo 5 días después de lanzar Sumar

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz.

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Las medidas contra la inflación sorprenden a la vicepresidenta y neutralizan el efecto que busca de cara a las próximas elecciones

Un balón de oxígeno para el final de la legislatura y el primer golpe para que el PSOE gane la batalla electoral de la izquierda. Unidas Podemos reclamaba desde hace años a Pedro Sánchez más «valentía» en su gestión gubernamental, pero el paso a la izquierda dado este martes por el presidente no sólo arrebata a los morados la bandera de los avances sociales en la coalición, sino que neutraliza los planes de Yolanda Díaz prácticamente desde su concepción.

Sánchez mantiene tras el Debate sobre el estado de la Nación la misma dinámica que cuando zanjó la Cumbre de la OTAN: con su socio de Gobierno descolocado, a pesar de que en Podemos celebran como propias las medidas diseñadas para contener la inflación y recalcan que si no fuera por su presencia en las instituciones hoy sería inimaginable hablar de un impuesto a las eléctricas o a la banca. Una reivindicación que también sirve a los ministros morados para marcar perfil propio y reclamar un peso «imprescindible» en los futuros esquemas de Díaz.

Lo cierto es que el jefe del Ejecutivo ha capitalizado todos los anuncios políticos de cara a los kilómetros finales del mandato. Arrinconó nuevamente a Unidas Podemos en el Consejo de Ministros del lunes. Lo desveló Yolanda Díaz al admitir que el sector morado del Gobierno llegó el martes al Congreso tan expectante como cualquier otro partido sin presencia en La Moncloa, ya que en ningún momento se les informó del «golpe de timón» que minutos más tarde pasarían a alabar y reivindicar como suyo: «Vamos a por más», dijo Jaume Asens, presidente del grupo confederal, que resumió la «satisfacción» que también mostraron las ministras Ione Belarra e Irene Montero.

Ensanchar, precisamente, es lo que ha hecho Sánchez al apropiarse del programa morado y, al mismo tiempo, afianzar y asentar durante el Debate el compromiso lanzado ante los líderes de la OTAN para blindar el gasto en armamento para los próximos años. El pasado viernes, la propia Díaz se mostró dispuesta a plantar cara a las grandes multinacionales y lograr que las fiscalidad también fuera «democrática» durante su discurso de lanzamiento de Sumar, por lo que la decisión adoptada por el presidente de aplicar un impuesto temporal a la banca y al sector energético supone todo un mazazo a uno de los pilares del plan de Díaz. Todo, después de que la también ministra de Trabajo haya confrontado en los últimos días a Sánchez y al bando socialista del Gobierno a raíz de la decisión «unilateral» de incrementar el gasto presupuestario en Defensa. Hasta el momento, Díaz había sido el término medio en los conflictos entre socialistas y morados en el seno de la coalición y había hecho esfuerzos por «coser» las costuras de ambas posiciones. El mismo reto tiene Sumar.

Pero la nueva hoja de ruta diseñada por Sánchez para los últimos meses de legislatura -entre los que se celebrarán las elecciones autonómicas y municipales, clave para el devenir de la izquierda a nivel nacional- debilita claramente la potencia de salida de Sumar y amaga con convertir al PSOE en el gran rival electoral del proyecto de Díaz, que deberá además resolver cómo configurar un espacio en el que Podemos no sea el tronco.