La víctima de la agresión homófoba de Malasaña: "Me lo he inventado todo"

La presunta agresión de un joven que denunció la agresión de ocho encapuchados que le marcaron la palabra "maricón" en el interior de una portería del barrio de Malasaña desató la alarma a los vecinos del barrio ante la posibilidad de la existencia de una banda organizada dedicada a la persecución y agresión a los homosexuales.

En teoría, ocho encapuchados, con sudaderas negras en pleno verano, habían asaltado al joven de 20 años al entrar en su portal en Malasaña, a las cinco de la tarde. En un barrio bullicioso por naturaleza nadie había visto nada ni tampoco oído nada. Ni siquiera los vecinos del inmueble en el que reside el joven, Ninguno de ellos le escuchó chillar mientras le tatuaban la palabra “maricón” en el culo con un cuchillo, ni él se revolvió ni había restos de sangre en el suelo.

La prensa en su totalidad se hizo eco de la denuncia y amplificó esta noticia lo que la alarma del colectivo LGTBI no había hecho mas que aumentar, y desde colectivos de izquierda señalaron a Vox, como el partido que está alentando estas agresiones, cuando el propio ministro de Interior Fernando Grande Marlaska su sumó a dichas acusaciones, de tal manera que Vox ha dado un puñetazo sobre la mesa ante las constantes acusaciones que se vierten contra el partido, al que se tacha de homófobo o machista, después de que en reiteradas ocasiones se les haya intentado vincular con agresiones a homosexuales o a mujeres, asegurando que "determinados discurso de odio las alientan".

Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez ante la falta de noticias a su favor y utilizando su habitual oportunismo, habia convocado para este viernes una reunión urgente de la Comisión de seguimiento del plan de lucha contra los delitos de odio, tras esta última agresión homófoba registrada en Madrid.

Esta tarde el joven de 20 años acaba de confesar que el relato que hizo es mentira y que no existe ninguna banda organizada en Madrid que de palizas al colectivo LGTBI

Los investigadores de la comisaría de Centro dudaron desde el principio, aunque desde algunos sectores se afirmaba que la víctima tenía “total credibilidad”. Mentía. Se fue confirmando poco a poco cuando requisaron todos los vídeos de las cámaras de seguridad de la zona y en todo el metraje no se veía nada raro. Ni grupos de ocho personas, ni sudaderas negras, ni pasamontañas, ni carreras, nada.Desde el principio había muchísimos datos que descuadraban a los investigadores de la Policía Nacional. Nada de nada.

Para seguir avanzando se le pidió el teléfono. Querían comprobar con el aparato sus posicionamientos previos a la presunta agresión, sus mensajes, etc… A partir de ahí es cuando comienza a temblar y a ponerse nervioso. El propio comisario de Centro, un policía con enorme experiencia que ha trabajado muchos años en la central, decide bajar a la sala de interrogatorios y logra sacarle la verdad. El joven se desmorona y empieza a llorar: “Sí, me lo he inventado todo. Es mentira. No hay ninguna banda organizada en Madrid que se dedique a pegar palizas al colectivo LGTBI. Malasaña es un sitio seguro y siento el daño que he hecho a la reputación de mi barrio”.

Lo cierto es que las lesiones existen, pero fueron consentidas, todo apunta que durante la práctica de algún juego sexual. Así lo ha confirmado este miércoles el propio Ministerio del Interior. Y Grande Marlaska sigue sin dimitir.