La Comunidad Valenciana tras 3 meses de restricciones: líder en riesgo de contagios y pacientes en UCI

El presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig.

El Gobierno del socialista Ximo Puig ha sido uno de los que más restricciones ha adoptado para hacer frente a la expansión del coronavirus. Esta estrategia de limitaciones no ha evitado que la Comunidad Valencia sea la región con la incidencia más alta de toda España y con el peor porcentaje de pacientes ingresados por Covid-19 en la UCI.

La Comunidad Valenciana tiene una tasa de incidencia acumulada de los últimos 14 días de 1431,28 casos por cada 100.000 habitantes. La región cuenta con 4.338 personas ingresadas en el hospital, 536 de ellas en la UCI, según los datos oficiales. En esta comunidad se han contagiado más de 290.000 personas y han fallecido más de 4.600.

El Gobierno de Puig fue el primero en decretar el toque de queda nocturno para tratar de frenar la expansión del coronavirus y el único que prohibió la entrada y salida de familiares en la región con motivo de las fiestas de Navidad. A pesar de estas restricciones, Ximo Puig aprobó otras medidas drásticas como el cierre total de la hostelería para llegar a un semiconfinamiento a efectos prácticos.

Desde finales de octubre, el Ejecutivo autonómico ha anunciado hasta en ocho ocasiones restricciones generalizadas en toda la región por el Covid-19, muchas de ellas tras registrar picos diarios de hasta 9.810 infectados (el 23,5% de toda España) y de 98 fallecidos (el 24%).

Las primeras restricciones

La primera medida que se adoptó fue el pasado 24 de octubre, con el toque de queda nocturno que se implantó desde las 00:00 horas hasta las 06:00. También se limitaron las reuniones sociales hasta un máximo de seis personas, se prohibió la consumición en barra de la hostelería y se cerraron los jardines públicos.

Tras el puente de octubre, que duró cuatro días en la región, se comenzó un cambio de tendencia al alza y una semana después se duplicaron los contagios hasta registrar 1.690 en un solo día, el máximo desde marzo, mes en el que se descontroló la pandemia por completo. Por aquel entonces la incidencia acumulada de los últimos 14 días era alta, 153 casos por cada 100.000 habitantes, pero era la más baja de todas las comunidades.

Cinco días después, el Gobierno de Ximo Puig decretó el cierre perimetral de la Comunidad Valenciana. La tasa de incidencia acumulada se encontraba en 218. el doble que en las dos semanas anteriores. Este cierre perimetral se anunció para siete días de duración pero se ha ido prolongando hasta la actualidad, en principio hasta el próximo 15 de febrero.

Municipios confinados

El 6 de noviembre el Ejecutivo regional afirmó que se estaba en un escenario de «transmisión sostenida y generalizada» de la pandemia, con una presión hospitalaria al alza de 1.333 ingresados, 222 de ellos en la UCI. No era la peor región en este sentido. Se limitó el aforo en comercios y ceremonias y se confinaron los dos municipios que tenían por aquel entonces los peores datos: las localidades alicantinas de Elda y Petrer.

A partir de entonces la comunidad comenzó a registrar un descenso de casos positivos que se prolongó durante cuatro semanas. El 5 de diciembre se anunciaron medidas más suaves de cara a las vacaciones de Navidad: reuniones de un máximo de 10 personas, retraso del inicio del toque de queda y anulación del cierre perimetral durante los días festivos. Ese día se registró un descenso de hospitalizados hasta los 1.194 y con los contagios semanales a la baja.

Cierre en Navidad

El 6 de diciembre cambió la situación y se produjo un aumento de contagios que provocó, doce días después, a rectificar las medidas que se habían anunciado para Navidad. Hubo cuatro días seguidos con más de 2.000 casos positivos y la incidencia subió hasta los 254, un incremento del 27% en tan solo una semana y superando por primera vez la media nacional.

Se limitaron las reuniones sociales a un máximo de 6 personas, se adelanto el toque de queda a las 11:00 horas (sólo comenzó a las 00:00 en Nochebuena y en el Día de Navidad) y se aumentó el cierre perimetral hasta impedir los viajes de familiares y a llegados.

La peor semana de la pandemia

Estas medidas drásticas no impidieron la expansión del coronavirus. La incidencia aumentó un 16% hasta llegar a los 322 casos por cada 100.000 habitantes y los ingresos por covid subieron un 52%, hasta los 2.121. En una semana se registraron 196 muertos, superando los 3.000 en total desde que comenzara la pandemia.

El 5 de enero el Gobierno valenciano adelantó el inicio del toque de queda a las 22:00 horas y se confinó hasta 29 municipios por su «incidencia crítica». También se cerró la hostelería a partir de las 17:00 horas y se redujeron aún los aforos en los comercios, llegando a una situación en la práctica de semiconfinamiento.

Sin embargo, dos semanas después, la incidencia era demasiado alta (896), la curva de contagios dejaba reportes por encima de los 7.000 casos diarios y había tensión en los hospitales, con 3.829 ingresados, 515 de ellos en la UCI, lo que llevó a decretar el cierre total de la hostelería y centros deportivos, y del comercio no esencial desde las 18:00 horas.

La penúltima decisión del Ejecutivo de Ximo Puig fue limitar as reuniones a los convivientes en el espacio privado y a un máximo de dos personas en la calle, y confinar perimetralmente las grandes ciudades los fines de semana, hasta mitad de febrero. Todo ello tras registrar la peor semana de toda la pandemia en la región: 48.000 contagios, 571 fallecidos y presión hospitalaria, con 4.338 ingresados, de ellos 536 en la UCI.

Tras cuatro días con la mayor incidencia acumulada de España (1.431 en estos momentos), la última medida ha sido el uso obligatorio de la mascarilla para hacer deporte en los núcleos urbanos entre las 10 y las 19 horas y en la playa «en todo momento», además del cierre de balnearios y saunas, que entran en vigor tras cerrar el peor mes de la pandemia.

OKDiario