¿Desayuno de trabajo o merienda de negros?

 

Pedro Sánchez ha convocado de urgencia a los secretarios generales de UGT y Comisiones Obreras en el Palacio de La Moncloa. El presidente ha invitado a Pepe Álvarez y Unai Sordo a desayunar este martes, a las ocho y media de la mañana, antes del Consejo de Ministros. La llamada de Sánchez a ambos, se ha producido doce horas antes de la cita, sobre las ocho de la tarde de este lunes. A la misma hora que el Gobierno alcanzaba un acuerdo con el beneplácito de ambas organizaciones sindicales y el rechazo de la patronal en relación a las pensiones. Todo para tener una foto con la que chantajear a los empresarios.

En la cita, que el Gobierno ha dado a conocer hace pocos minutos, el jefe del Ejecutivo y los líderes sindicales no estarán solos. Les acompañarán las vicepresidentas Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera y los ministros José Luis Escrivá y María Jesús Montero. Es prácticamente la misma composición de la mesa de negociación de la reforma laboral, pero sin la patronal. Sin duda alguna, una amenaza a los empresarios, que este lunes han manifestado su posición en contra al hachazo que ha preparado el ministro de la Seguridad Social en relación a la cotización para sostener el sistema de pensiones.

Presión a la CEOE

Presionar a la patronal. Hacerles ver que sin ellos el Gobierno es capaz de sacar adelante acuerdos que requieren también de su consenso. Y todo con la mirada puesta en la reforma laboral, que según Sánchez «tiene que contar con el apoyo de todos». La posición adoptada por la CEOE este lunes en relación a las pensiones y sus contundentes críticas públicas han hecho que el presidente adopte una nueva estrategia para lograr el apoyo de la organización que lidera Antonio Garamendi. Una foto con los líderes de la UGT y CCOO exhibiendo sintonía en La Moncloa, le basta para que los empresarios vean posible que finalmente el acuerdo respecto a la reforma laboral se acabe cerrando sin su participación y sea un nuevo golpe para las empresas. Puro chantaje.

En contra de las indicaciones de la CE

La Comisión Europea exigió que todo acuerdo sobre las pensiones debería ir refrendado por las tres partes implicadas: Gobierno, sindicatos y patronal. La decisión de ésta de  apartarse de la negociación alegando que no es el momento y va a afectar la creación de empleo, deja en el alero la llegada de los 10,000 millones solicitados a la CE correspondiente a la segunda fase de ayudas por el COVID.