Salvar al soldado Puigdemont


La recepción que dio ayer el Rey por la Fiesta Nacional, sirvió para reunir a toda la clase política a su alrededor  con la tradicional formación de corrillos cuyos componentes coincidían en el tema catalán.

Si Carles Puigdemont responde al requerimiento del Gobierno con un 'no', es decir, que afirma que no ha proclamado la independencia, todo volvería la situación previa al 6 de septiembre. Fue entonces, en esos plenos que en Moncloa denominan "folclóricos", cuando el Parlamento de Cataluña aprobó, en dos sesiones tumultuosas, tanto la ley del referéndum como la ley de ruptura. Se amordazó a la oposición, se ignoraron los dictámenes de los letrados de la Cámara, se pulverizó tanto la Constitución como el propio Estatuto en una iniciativa sin precedentes en un Estado democrático.

Hay plena sintonía entre el Gobierno y el PSOE en este nuevo escenario de colaboración para hacer frente al desafío y así se ha hecho patente en los corrillos de la recepción oficial de la Fiesta Nacional. Como ya adelantó Libertad Digital, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, escenificaron el pacto consistente en evitar "a toda costa" el 155 con una oferta de modificar la Constitución que pudiera seducir al presidente catalán, Carles Puigdemont.

El PSOE es más escéptico que el Gobierno en la posibilidad de que el presidente catalán recule. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, el más alto rango del Gobierno en los corrillos de Palacio ante la ausencia de Mariano Rajoy camino de Albacete, señaló que "si Puigdemont contesta que no hubo declaración, no se activaría la segunda parte" del requerimiento "y se vuelve a la casilla de salida, antes del 6 y 7 de septiembre", el también llamado "pleno folklórico".

En conversación informal con periodistas, el líder del PSOE aseguró que "no es tan evidente que se vaya a aplicar el 155. Nadie quiere aplicarlo salvo Puigdemont y Rivera". Para Sánchez "Puigdemont debe convocar elecciones" como única solución para "restituir la legalidad porque es Puigdemont quien ha suspendido la autonomía de facto".

Nadie da pistas sobre la respuesta


El portavoz del Govern, Jordi Turull, ha pasado de asegurar que “no queremos frenar” a defender que “nos queremos sentar a dialogar”. El también conseller de Presidencia declaró en una entrevista en Catalunya Ràdio que ·nos hemos dado un tiempo muerto para explorar el diálogo”, a pesar de insistir en que “no hemos renunciado a nada”.

Estas palabras las pronunció al día siguiente que el Ejecutivo catalán suspendiera la DUI, en cambio, el 12 de septiembre Turull aseveró en rueda de prensa que “nosotros seguimos” para “dar la voz y la decisión a los ciudadanos de Catalunya no es un problema, es un honor”.

Ahora, sin embargo, el portavoz del Govern se suma al ofrecimiento de mediación del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y pide al Ejecutivo español que “nos digan día y hora para sentarse”, aunque insistió en que esto “no es un paso atrás”. “Si aplican el 155 significa que no quieren dialogar y quedará claro que tenemos que ser consecuentes con nuestros compromisos”, remachó en Catalunya Ràdio.

Barcelona volvió a teñirse con banderas nacionales y autonómicas en defensa de la unidad de España. Y tan sólo veinticuatro horas después de que el Gobierno de Mariano Rajoy realizara el requerimiento a Carles Puigdemont para que aclare si ha declarado o no la independencia de Cataluña.

La manifestación, impulsada por Societat Civil Catalana y otras nueve entidades más (Espanya i Catalans, Empresaris de Catalunya, Concordia Cívica, Convivencia Cívica Catalana, Regeneración Democrática, Movimiento Cívico 12-O, Profesores por el Bilingïsmo, España Generosa y Españoles en pie) y respaldada in situ por la líder de la oposición, Inés Arrimadas, y por el portavoz municipal del PP, Alberto Fernández, transcurrió de manera pacífica y festiva. Arrimadas apeló a la "identidad española" que, dijo, quiere robar el Gobierno independentista, mientras que Fernández llamó al "independentistmo sensato" para que detenga la deriva de la Generalidad.

Nada se sabe sobre cual será el contenido de la respuesta de los independentistas. En Moncloa consideran que lo tiene muy difícil. "El que está en apuros ahora es él", decía un ministro. Las movilizaciones en Barcelona en favor de la unidad de España, la última este 12-0, la crisis incipiente en la familia separatista, el cerrojo absoluto del entorno europeo le están complicando mucho las cosas a la Generalitat en su afán por seguir adelante, mencionan estas fuentes. "Pero con Puigdemont, todo es posible o imposible.".

Comentarios

  1. Pepe Galindo

    No va a contestar y el gobierno bueno a lo suyo de siempre

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  2. Juan Pascual

    Unos por una cosa y otros por otra aquí todos a trincar y los tontos a tragar.

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