Puigdemont se encomienda a Dios y al Diablo

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante su declaración institucional de este miércoles. EFE

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha reprochado al rey Felipe VI haber perdido una oportunidad de dirigirse a todos los ciudadanos en su discurso de este martes. "Así no. Con su decisión de ayer usted decepcionó a mucha gente en Cataluña que le aprecia", le ha espetado en un discurso institucional emitido en televisión desde el Palau de la Generalitat.

Y lo ha hecho un día después de que el monarca pronunciase la primera alocución extraordinaria de su reinado ante la gravedad de la crisis catalana. Asimismo, le ha afeado que haya "aceptado asumir un rol inadecuado que busca allanar las decisiones del Gobierno Rajoy, catastróficas para Cataluña".

El su arenga contra el monarca también le ha echado en cara que haya dejado de lado su "papel moderador" para "ignorar deliberadamente a los que han sido victimas de una violencia policial que ha sobrecogido los corazones de medio mundo". "Una represión sin precedentes", ha insistido. 

Aunque el jefe del Ejecutivo catalán ha querido mostrar su disposición a "emprender un proceso de mediación" para solucionar el conflicto, acto seguido ha afirmado que "lo que vamos a hacer es algo que otros muchos pueblos ya han hecho". "Hoy tenemos más cerca que ayer nuestro deseo histórico", ha enfatizado el mismo día en el que se ha fijado el pleno en el que la CUP quiere que declare la independencia.

Lo ha hecho en un mensaje institucional desde el Palau de la Generalitat en el que ha hablado en castellano durante cerca de un minuto, reclamando "visiones más ponderadas que ayudarían a entender un problema político complejo".

Puigdemont también ha insistido en su repulsa a las cargas policiales realizadas para impedir la celebración de la consulta ilegal del 1 de octubre, en un mensaje de ocho minutos de duración. "No podemos compartir ni aceptar el mensaje que el rey dirigió a una parte de los españoles", ha sentenciado Puigdemont después de apelar al rechazo a la violencia.

Amenaza con la independencia y pide ayuda a la iglesia 

El Govern de la Generalitat intenta conseguir que el arzobispado de Barcelona, mediante José Omella, y el abad de Montserrat, Josep Maria Soler, hagan de mediadores en la crisis institucional entre Catalunya y el Estado. Según ha avanzado TV3, La mediación la llevarían a cabo tanto autoridades internacionales como del mundo de la Iglesia.

Este domingo, Omella calificó de "deplorable" la "situación de violencia" en Catalunya y pidió "diálogo y oración", tras las cargas policiales en algunos de los colegios electorales hacían las votaciones.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se entrevistó este martes por la tarde con el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella y el de Madrid, Carlos Osoro. El encuentro tuvo lugar a petición de Mariano Rajoy en el Palacio de la Moncloa.

Pablo Iglesias ha llamado a Puigdemont y Mariano Rajoy para que su monte una reunión e incidir en que acepten esta oferta.