PSC - Se deshilachan los pactos municipales

Núria Parlon con Miquel Iceta. 

La aplicación del artículo 155 para intervenir la autonomía catalana va a alterar la paz interna que había alcanzado el PSC desde que renunció a la consulta legal y acordada para Cataluña hace ya más de dos años. Los pactos municipales suscritos por el PSC se debilitan y muchos ayuntamientos catalanes ven peligrar su estabilidad a causa de la próxima aplicación del artículo 155.  En el horizonte cercano ya asoman cambios importantes. Afectaría a los ayuntamientos donde gobiernan el PSE en coelición con ERC o PDE o viceversa. La cuestión catalana sacude los cimientos de los gobiernos locales

Los alcaldes del PSC de Santa Coloma de Gramenet, Terrassa, Granollers y Castellar del Vallès han reclamado a su partido que se oponga "frontalmente" a la propuesta del Gobierno central para aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña, cuyas medidas han sido aprobadas este sábado por el Gobierno. 

Los cuatro alcaldes han suscrito un comunicado conjunto en el que expresan su "más radical desacuerdo y rechazo" a la aplicación del 155 y de las medidas que se derivan y que ha comunicado el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy. y reclaman a su partido que “se oponga frontalmente y no valide, en ningún caso, su puesta en marcha”.

La declaración la firman la alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet, Núria Parlón (miembro de la Ejecutiva federal del PSOE); y los alcaldes de Terrassa, Jordi Ballart; Granollers, Josep Mayoral; y Castellar del Vallès, Ignasi Giménez. Poco después, Parlon anunciaba su dimisión como secretaria de Cohesión e Integración de la dirección socialista, una decisión que desde Ferraz se ha respetado "dada la situación actual de máxima tensión en Cataluña". Parlon es una de las tres dirigentes del PSC que formaba parte de la dirección del PSOE y ha renunciado este sábado a continuar en la ejecutiva.

Dimisiones por doquier

El apoyo de los socialistas catalanes al PSOE, que ha secundado las medidas aprobadas por el Consejo de Ministros, amenaza con provocar un reguero de dimisiones de cuadros y alcaldes socialistas. La primera baja fue la del exministro de Industria Joan Majó, que ha entregado el carné del partido al considerar que “no puede aceptar” lo que considera “silencio” del PSC por la aplicación del artículo 155.

En una carta remitida a Miquel Iceta, primer secretario de la formación, en la que anuncia su baja de militancia, Majó se muestra muy claro: “No acepto que mi partido se pueda seguir considerando un partido hermano de un partido que ha decidido adoptar a nivel del Estado posiciones de pleno apoyo al actual Gobierno español en este tema”.

A la espera de lo que ocurra en los próximos días, los focos se centran también en la actuación del senador José Montilla, que fue presidente de la Generalitat, ministro socialista y primer secretario del PSC. Es el único senador de este partido y preside la comisión de Presupuestos, la única de las 30 que tiene el Senado que no está en manos del PP. Fuentes del PSC no descartan ninguna posibildiad: que Montilla vote sí, no o que no acuda.

El president Carles Puiogdemont junto al alcalde de Tarragona Josep Felix Ballesteros (Àlex Garcia)

Como fichas de dominó

Dice una norma no escrita que la gran mayoría de las mociones de censura en los ayuntamientos se sustancian en los dos años centrales del mandato. En la primera mitad de este periodo que comenzó tras las elecciones locales de mayo del 2015 y que terminará en la primavera del 2017, apenas una docena de municipios catalanes han asistido a un cambio de alcaldes forzado por el caprichoso y volátil juego de las mayorías políticas. Sin embargo, en los próximos meses la situación derivada de la brutal colisión entre los gobiernos español y catalán podría modificar sustancialmente el mapa municipal.

La capital del Maresme es una de las ya afectadas por la ruptura PSC-PDECat. También en las comarcas de Tarragona, ERC y el PDECat ya han roto sus acuerdos con el PSC en el Consell Comarcal del Montsià y el Ayuntamiento de Mòra la Nova, respectivamente. Además, hay amenazas –veladas o explícitas– de ruptura en otros municipios como Mòra d’Ebre, donde el PP gobierna con el PDECat.

Uno de los divorcios más sonados de las últimas semanas es el de CiU (todavía conserva esta denominación) con el PSC en Mataró. La fuga de los seis concejales nacionalistas ha condenado al alcalde socialista, David Bote, a gobernar en minoría. Le queda el consuelo de que la moción de censura promovida por los exconvergentes no tendrá suficientes apoyos para materializarse.

El PDECat ha roto con el PSC en otro ayuntamiento del Maresme (Pineda), así como en Esplugues de Llobregat, Mollet, Tàrrega o Blanes, por citar sólo algunos municipios con alcaldes socialistas. En Argentona, los dos concejales del PSC han sido literalmente expulsados del gobierno de izquierdas (CUP-ERC-ICV). Sin embargo, en la agitada comarca del Maresme, socialistas y exconver-gentes continúan juntos en Premià de Mar, Premià de Dalt y Cale-lla y el propio PSC gobierna, toda-vía con ERC en Alella, Arenys de Mar, Arenys de Munt y Caldes d’Estrac. No tardará mucho en comprobarse si en todos estos municipios las dinámicas locales son suficientemente fuertes como para aislarse de las perturbaciones exteriores.

Uno de los feudos inexpugnables del nacionalismo, Vic, tres días después del referéndum, y coincidiendo con la moción para declarar al delegado del Gobierno, Enric Millo, persona non grata en la ciudad, el único concejal socialista, Benjamí Dòmiga, formalizó su paso a la condición de no adscrito. El interesado asegura que su marcha obedece a desavenencias con la ejecutiva de su partido, divergencias en todo caso motivadas por la posición de uno y los otros ante la cuestión catalana. Por primera vez, el PSC no cuenta con representación en la capital de Osona.

Miguel Iceta se negó a realizar cualquier valoración sobre el impacto de la intervención estatal en las filas del PSC y se remitió al posicionamiento oficial de la formación de horas antes. El secretario de Organización, Salvador Illa, había instado al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, a convocar elecciones en Cataluña o acudir al Senado para garantizar “el restablecimiento de la legalidad” y ofrecer “diálogo sin condiciones”. El líder del PSC se entrevistó la tarde del viernes con el president pero se ha negado a dar ningún detalle del encuentro.

En un país en el que más de 700 alcaldes se comprometieron a favor de la celebración del referéndum de independencia, los cambios en las relaciones políticas en el ámbito municipal respecto al escenario que dejó la contienda electoral del 24 de mayo del 2015 pueden ser muchos y muy profundos a corto plazo. De momento, salvo algunas excepciones como Mataró o Tarragona, la mayoría de episodios de esta película de suspense se han escrito en poblaciones pequeñas. 

En breve, habrá que prestar atención a las operaciones para promover nuevas mayorías y a las decisiones que tomen alcaldes de algunas ciudades importantes, como Barcelona, donde la alianza entre Ada Colau y Jaume Collboni se aguanta con pinzas, En definitiva, una escalada de tensión de la que no se libra ni el pueblo más pequeño ni la capital, Barcelona, cuyo Ayuntamiento baila la mayor parte del tiempo al ritmo de la música que suena al otro lado de la plaza Sant Jaume.  ya que Pedro Sánchez, apoya al PP en la aplicación del 155.