Empieza la tramitación del 155
El Gobierno de España ha tomado el control de la autonomía catalana sin medias tintas, practicasmente no deja cabos sueltos que serán atados en los próximos dias. La situación en Cataluña es tan grave que se impone una larga suspensión de la autonomía para permitir una verdadera regeneración en profundidad. Rajoy impone un 155 duro que supone destituir a todo el Govern, controlar el Parlament y gestionar la autonomía hasta unas elecciones dentro de seis meses.
El presidente del Gobierno ha decidido poner en marcha los mecanismos constitucionales para devolver la legalidad a Cataluña y poner fin al proceso de sedición. Así pues, este sábado comenzó la compleja tramitación del procedimiento que abre el artículo 155 de nuestra constitución, que tendrá en el Senado el principal escenario para que las medidas acordadas por el Consejo de Ministros vayan adquiriendo carta de naturaleza.
Se trata de una decisión largamente esperada por más de la mitad de los catalanes y la inmensa mayoría del resto de los españoles, después de semanas de rebeldía institucional y vulneración flagrante de las leyes por parte de las autoridades de la Generalidad. La devastación de la economía, el descrédito internacional y la profunda división de la sociedad catalana son solo algunas consecuencias de las decisiones de Puigdemont y sus socios, que han puesto a Cataluña fuera de la democracia y del Estado de Derecho en pos de su delirio independentista.
Medidas unilaterales
Según Rajoy, la celebración de un referéndum de independencia y todas las medidas unilaterales adoptadas después, entre ellas la aprobación de las leyes del referéndum y de transitoriedad los pasados días 6 y 7 de septiembre, ha dado lugar a la activación del 155 y el requerimiento al presidente Carles Puigdemont, de que aclarara si proclamó la independencia en el Pleno del Parlament del 10 de octubre
Rajoy tiene la sospecha de que el Govern buscaba la aplicación del 155, porque “peor no se puede hacer". Ha recordado que se invitó al President a acudir al Congreso a explicar su propuesta. “Lo único que hizo fue liquidar la ley e inventarse otra legalidad paralela”, ha dicho, tras criticar una propuesta de diálogo que “no es tal, sino imposición”.
“No se suspende la autonomía, se cesa a las personas que han puesto el autogobierno fuera de la Constitución y el Estatuto”. Así lo ha asegurado Mariano Rajoy. Unas declaraciones que suenan a juego de palabras, pues el presidente español ha exprimido todas las potencialidades del artículo 155 de la Constitución para hacerse con el control de todo el autogobierno catalán –Generalitat y Parlament— con la idea de que se puedan celebrar elecciones autonómicas en seis meses, cuando esté restituida la normalidad institucional catalana.
En lugar de optar por medidas quirúrgicas, Rajoy ha impuesto un 155 muy duro, tal como pedían algunos sectores de su partido y tras reunirse con líderes europeos, que cerraron filas entorno a la unidad de España frente al reto secesionista. Asimismo, las dos intervenciones del Rey, posiblemente pactadas con Moncloa, pueden haber forzado esa línea dura que incluso sorprende a los expertos constitucionalistas, pues el artículo 155 no se ha desarrollado nunca. Destituir al presidente catalán y a todo su gobierno, así como la toma del control del Parlament, es la interpretación más radical que podía hacer Rajoy. Las medidas anunciadas cuentan con el apoyo de Ciudadanos y PSOE.
La situación en Cataluña, qué duda cabe, exige acabar con el imperio de los separatistas y retomar el control de sus instituciones, entregadas en su totalidad a un proyecto independentista a costa incluso de la destrucción de una de las regiones más prósperas de Europa. Sin embargo, para ello hay que ir mucho más allá de lo que sugirió Rajoy en su comparecencia para explicar la manera en que el Gobierno piensa actuar.
“No se suspende la autonomía, se cesa a las personas que han puesto el autogobierno fuera de la Constitución y el Estatuto”. Así lo ha asegurado Mariano Rajoy. Unas declaraciones que suenan a juego de palabras, pues el presidente español ha exprimido todas las potencialidades del artículo 155 de la Constitución para hacerse con el control de todo el autogobierno catalán –Generalitat y Parlament— con la idea de que se puedan celebrar elecciones autonómicas en seis meses, cuando esté restituida la normalidad institucional catalana.
En lugar de optar por medidas quirúrgicas, Rajoy ha impuesto un 155 muy duro, tal como pedían algunos sectores de su partido y tras reunirse con líderes europeos, que cerraron filas entorno a la unidad de España frente al reto secesionista. Asimismo, las dos intervenciones del Rey, posiblemente pactadas con Moncloa, pueden haber forzado esa línea dura que incluso sorprende a los expertos constitucionalistas, pues el artículo 155 no se ha desarrollado nunca. Destituir al presidente catalán y a todo su gobierno, así como la toma del control del Parlament, es la interpretación más radical que podía hacer Rajoy. Las medidas anunciadas cuentan con el apoyo de Ciudadanos y PSOE.
La situación en Cataluña, qué duda cabe, exige acabar con el imperio de los separatistas y retomar el control de sus instituciones, entregadas en su totalidad a un proyecto independentista a costa incluso de la destrucción de una de las regiones más prósperas de Europa. Sin embargo, para ello hay que ir mucho más allá de lo que sugirió Rajoy en su comparecencia para explicar la manera en que el Gobierno piensa actuar.
"Desobediencia rebelde y sistemática"
“No se suspende la autonomía –ha precisado–, se cesa a las personas que han puesto el autogobierno fuera de la Constitución y el Estatuto”. Mariano Rajoy ha informado sobre los acuerdos del Consejo de Ministros extraordinario celebrado hoy para acordar las medidas que se pedirán al Senado de acuerdo con el artículo 155 de la Constitución, que se justifican, según el argumentario elaborado por el Gobierno, en la “desobediencia rebelde y sistemática” del presidente Carles Puigdemont.
El Gobierno pedirá al Senado que se le autorice a proceder a la destitución del presidente, el vicepresidente y los consejeros de la Generalitat. La idea es que los ministerios asuman la responsabilidad mientras dure esta situación de excepcionalidad. Asimismo, el Ejecutivo pide tutelar cualquier iniciativa aprobada por el Parlamento de Cataluña, que no podrá proponer candidato a la presidencia de la Generalitat ni hacer debate ni votación de investidura ni, tampoco, adoptar acuerdo alguno fuera del marco de la Constitución y el Estatuto. El Gobierno pretende que se convoquen elecciones cuando se restituya la normalidad institucional en un plazo máximo de seis meses.
Llamamiento a la serenidad
Ha hecho un llamamiento a la serenidad. “Todos juntos lo vamos a superar, como hemos hecho en otros momentos de nuestra historia. Esto se va a arreglar y sin más daño para nadie”, ha dicho el jefe del Ejecutivo, quien ha reivindicado “el proyecto común que es España”.
Ha asegurado que “el Gobierno no deseaba aplicar esas medidas”, pero cree necesario lograr cuatro objetivos: volver a la legalidad, recuperar la normalidad y la convivencia deteriorada, continuar con la recuperación económica que “hoy está en peligro” por “el capricho secesionista” y celebrar elecciones autonómicas en situación de normalidad.
De las palabras del presidente se desprende que solo hay un objetivo: convocar nuevas elecciones autonómicas a la mayor brevedad. Hasta que eso suceda, el Gobierno catalán quedará destituido y sus instituciones, junto con el parlamento, controladas por el Ejecutivo central. Pero la situación en Cataluña es tan grave tras casi 40 años de nacionalismo hegemónico, que se impone una larga suspensión de la autonomía para permitir una verdadera regeneración en profundidad.
De las palabras del presidente se desprende que solo hay un objetivo: convocar nuevas elecciones autonómicas a la mayor brevedad. Hasta que eso suceda, el Gobierno catalán quedará destituido y sus instituciones, junto con el parlamento, controladas por el Ejecutivo central. Pero la situación en Cataluña es tan grave tras casi 40 años de nacionalismo hegemónico, que se impone una larga suspensión de la autonomía para permitir una verdadera regeneración en profundidad.
Los lloriqueos de Puigdemont
Ayer por la noche el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, después de una manifestación, la menos numerosa desde 2010, en la que ya se nota el cansancio y la ausencia de los jefes de la animación, ha anunciado en un discurso victimista y contradictorio que seguirá adelante con la DUI después de que el Gobierno español haya puesto en marcha el 155. Puigdemont -en un discurso en catalán, castellano e inglés- afirmó que es "el peor ataque a las instituciones desde, en su opinión, la dictadura militar de Franco ".
El destituidp presidente ha manifestado que representa "la liquidación de nuestro autogobierno" y "la voluntad democrática de los catalanes". "Lo que los catalanes decidieron en las urnas, el Gobierno español lo anula los despachos", ha añadido.
Puigdemont se ha quejado de que sea "con el concurso del Rey" y el apoyo del PSOE y ha insistido en que "no podemos aceptar este ataque" por "la humillación que pretende el Gobierno español". Acusó a Rajoy de situarse "fuera del Estado de Derecho" y ha hecho un llamamiento a "conjurarnos para volver a defender" el autogobierno de manera "pacífica y civilizada".
Lo que pueda decir a partir de ahora Puigdemont ya no le importa nadie, es un irrelevante, tiene los días contados en el poder; o mejor dicho, ya está fuera del poder. El dinamitó la Autonomía de Catalunya, Puigdemont ya no es nadie.
Existen dudas y un áspero debate entre Junts pel Sí y la CUP sobre la respuesta al Estado. Está en la recámara la activación de la "Asamblea de electos", un parlamento alternativo con diputados, alcaldes y concejales separatistas. Para la semana próxima ha anunciado una nueva reunión en Parlamento para llevar a cabo nuevas acciones. Ante la acusación de golpista a Rajoy por la Forcadell (mira quien habla) y el anuncio de la CUP de exiliarse a Perpiñán, (Macrón ya los está esperando) nadie tiene ganas de ser el primer mártir de la nueva patria que vaya a hacer compañia a "los Jordis" en Soto del Real.
Jorge Ferre Tramunt
ResponderEliminarespero que se dejen de cachondear con esta coña del refereendum, estan revolviendo el avispero y espero que jamas se lo otorguen a catania, ya que va a saltar todo esto a nivel internacional
Francisco Manuel Lopez Lopez
ResponderEliminarAl fin una buena idea de la CUP, estos no tienen huevos para construir un Gobierno como el de la RESISTENCIA francesa en su propio pais, en Vichy, prefieron como buenos cobardes un Gobierno en el EXILIO en Perpignan, tranquilos que ya les daremos vuestra direccion a la GENDARMERIA FRANCESA. y no volvais nunca
Jose Angel L H
ResponderEliminarPero qué nervioso has estado en el discurso, y, además, mentiroso. no, si Cataluña fundó el Imperio Romano. ¿El lunes independencia ? Ya! Si de pensar que puedas estar 5 horas en la comisaría te......
José Antonio García Suarez
ResponderEliminarNi un paso atrás aunque prometan acatar hasta las órdenes de un gato. Dejar la comunidad en manos de estos locos sería convertirla en un campo de concentración para los no independentistas
Hilde Bianchi
ResponderEliminarMal asunto.Que hara si dentro de 6 meses los catalanes ratifican a Puigdemont o a otro del mismo espacio?
Carmen Vaca
ResponderEliminarEl por culo ke estáis dado uno con el 155 y el otro con independiente y a tomar poculo los dos