Raúl Macià, encarcelado un mes por hacer cumplir la ley de banderas

El Ayuntamiento de Balsareny Habia quitado la bandera de España del balcón del Ayuntamiento desde varios meses atrás incumpliendo la ley, y el joven Raúl Macià Pastor la volvió a colocar ya que “no se cumplía con la Ley de Banderas”.

El Ayuntamiento, regido por ERC, junto a Podemos y la CUP, se negó a colocar el símbolo de España a media asta incluso en el homenaje a las víctimas de los atentados ocurridos en Barcelona y Cambrils en agosto, colmando la paciencia de los vecinos.

Algunos vecinos del pueblo fabricaron un mástil, subieron a la fachada del Ayuntamiento y colgaron la bandera de España a media asta y con un crespón negro en señal de luto. “La fuimos a colocar en su sitio”, relató entonces Macià. El catalán escaló hasta el balcón del Ayuntamiento y por este hacho estuvo un mes detenido. Uno de los Mossos de Esquadra, familiar de quienes gobierna el Ayuntamiento, le denunció.

Este aviso sirvió para que la Policía autonómica pusiera en marcha un dispositivo policial para seguir a Raùl Macià cuando, en la noche del 10 de septiembre, salió a dar un paseo por Balsareny con un grupo de amigos y sus hijos (entre los que se encontraba un pequeño de 18 meses).

Pronto, el grupo se vio rodeado por cuatro coches patrulla de los Mossos d’Esquadra. Los agentes identificaron a Raúl y sus amigos, les retuvieron durante 20 minutos y les advirtieron que no podían acercarse a las dos plazas del pueblo en las que la ANC estaba celebrando el acto independentista.

La ANC hizo llegar la misma advertencia a la Comisaría de los Mossos.

Según explicaron, tres concejales de ERC del Ayuntamiento de Balsareny acudieron a la Comandancia de Manresa para advertir que un grupo de peligrosos españolistas (entre los que mencionaron expresamente a Raúl Macià) tenía previsto boicotear el desfile de antorchas convocado para la víspera de la Diada del 11-S.

Este aviso sirvió para que la Policía autonómica pusiera en marcha un dispositivo policial para seguir a Raùl Macià cuando, en la noche del 10 de septiembre, salió a dar un paseo por Balsareny con un grupo de amigos y sus hijos (entre los que se encontraba un pequeño de 18 meses).

Pronto, el grupo se vio rodeado por cuatro coches patrulla de los Mossos d’Esquadra. Los agentes identificaron a Raúl y sus amigos, les retuvieron durante 20 minutos y les advirtieron que no podían acercarse a las dos plazas del pueblo en las que la ANC estaba celebrando el acto independentista.

Los nueve amigos pudieron seguir luego su camino, seguidos en todo momento por un coche patrulla. Cuando se encontraban a dos calles de la plaza en la que se habían congregado los separatistas, apareció un furgón de antidisturbios de los Mossos. Se bajaron nueve agentes uniformados y se dirigieron en formación a Raúl y sus amigos, ordenándoles que se dispersaran.

¿És normal que la policia de la Generalitat declare que obedece ordenes de ANC i ERC?

En un país normal y decente el escándalo sería mayúsculo. En un país normal y decente serían muchos más los golpistas separatistas que estarían en la cárcel, el medio más eficaz para proteger nuestros derechos y libertades ante el acoso totalitario de los nacionalistas.

Pero si el asunto era ya un escándalo con mayúsculas, lo que leemos en OK Diario nos deja al nivel de cualquier tiranía tercermundista… o de los peores recuerdos de los totalitarismo que asolaron Europa. M. A. Ruiz Coll nos explica que

“Dos agentes de los Mossos d’Esquadra han reconocido ante la juez que cumplían instrucciones de ERC y la ANC cuando detuvieron a Raúl Macià (…)

Según explicaron, tres concejales de ERC del Ayuntamiento de Balsareny acudieron a la Comandancia de Manresa para advertir que un grupo de peligrosos españolistas (entre los que mencionaron expresamente a Raúl Macià) tenía previsto boicotear el desfile de antorchas convocado para la víspera de la Diada del 11-S.

El hecho de que los Mossos actuaran según los deseos de ERC y la ANC demuestran que el nacionalismo ha convertido a los Mossos, que habían sido la policía de todos, en una policía política al servicio del nacionalismo separatista. Una Genestapo en toda regla.

La policía en un Estado de Derecho obedece sólo a sus mandos y cumple estrictamente la ley. La policía, en un Estado Totalitario, obedece a los políticos y cargos del movimiento, se salta la ley cuando quiere y actúa siguiendo criterios políticos para acabar con la oposición al régimen.

Raúl Macià, el joven que colgó una bandera de España