Rubí, escenario de una película de Berlanga

Un El anciano de 89 años prende fuego a un ejemplar de la Constitución Española en Rubí, 

El único municipio de Barcelona que celebró la festividad de la Constitución el pasado 6 de diciembre, fue Rubí con un Ayuntamiento con 76.000 habitantes, regido por Ana María Martínez que ha defendido una Constitución “reformada” que dé respuesta “ a los nuevos retos y al encaje de las nacionalidades” en el conjunto de España y “renovada” que incluya a las nuevas generaciones.el PSC, porque un concejal convergente vendido al 'enemigo' apoyó una moción conmemorativa de PP, PSC y C’s.

Pocos minutos antes del inicio del acto ya se habían reunido una treintena de personas con banderas independentistas y pancartas. “Esta Constitución no nos representa”, rezaban estos carteles. Los concejales de la CUP y ERC han acudido acompañados por integrantes de la entidad independentista Òmnium Cultural, de las Juventudes de ERC y las Juventudes Nacionalistas de Cataluña (JNC), del PDECat. “Rubí es el hazmerreír de Cataluña”, ha afirmado Èric Zaldívar, el jefe local de JNC-Rubí. “El tripartito de PSC, PP y Ciudadanos defienden una Constitución que va en contra del progreso de Cataluña”, ha afirmado. Ellos han intentado boicotear este acto de celebración de la Constitución organizado por el Ayuntamiento, gobernado por el PSC y un concejal tránsfuga de CDC.

Según han informado fuentes municipales, los participantes en la protesta convocada por la JNC, rama juvenil de PDECat (exCDC), han enarbolado pancartas y banderas independentistas y han abucheado e interrumpido con megáfonos las intervenciones de los representantes municipales en el acto de homenaje a la Constitución. Finalmente el mas anciano de este grupo de saboteadores (89 años), quemó un ejemplar de la Constitución. 

La escena de la periodista de TV3 en tierra de nadie, contiene todos los ingredientes de una película de Berlanga, que antes de convertirse en cineasta fue falangista y 'divisionario' cuando en España no se podía ser otra cosa. Ahora, que en Cataluña sólo se puede ser nacionalista, esta imagen confirma la genuina españolidad del independentismo. 

Sobre este hecho totalmente singular, Mariano Gasparet ha encontrado cinco detalles que muestran el esperpento que se está viviendo en la política catalana.

1.- La celebración del Día de la Constitución ha pasado de ser un dibujo de párvulos al motivo de una moción y el peaje de un tránsfuga de CiU.

2.- El partido del tránsfuga (Convergencia) cambió de nombre para ocultar un pasado ominoso de latrocinios y comisiones del 3%, como hacían los forajidos del far west sin que esta treta haya modificado un ápice la querencia fenicia de sus afiliados.

3.- Medio centenar de alegres manifestantes corean el nombre del tránsfuga -"Ens falta el Sergi García", dicen- y jalean a l’Avi, sobrenombre del padre de la patria catalana, Francesc Macià, e impulsor de un proyecto de Constitución de la República Catalana que en su articulado, por supuesto, blindó la indisolubilidad de l’Estat.

4.- Estos maulets son la vanguardia de una Euskal Herria con barretina -'els Països catalans'- y tienen en Felipe VI una excusa perfecta para recrear la resistencia contra la dominación borbónica.

5.- El iaio se llama Juan Martínez, nació en Almería, y estuvo 16 veces preso -según dice- por "luchar por la República y contra el fascismo": ahora, por lo que se ve, protestar contra una festividad en la que nadie cree, bien merece una hoguera.

La nación, "unidad de desatino en lo universal" ha confirmado en Rubí que el signo distintivo de su "indisolubilidad" es ese esperpento capado de drama que tan bien retrató el cineasta valenciano y que tan mal ha imitado Emilio Martínez-Lázaro con su saga de 'ocho apellidos'.

Los constitucionalistas con la Constitución en la mano, con los nacionalistas detrás increpándoles, la periodista de TV3 en tierra de nadie.