Podemos - Amenazas en el Congreso

Juan Carlos Monedero y Juan Pedro Yllanes. | EFE

Aumenta la tensión en Podemos entre los afines a Pablo Iglesias y los más cercanos a Íñigo Errejón. Uno de los 'errejonistas' más destacados, el diputado y juez en excedencia Juan Pedro Yllanes ha publicado un escrito en el que asegura que "hoy en el comedor del Congreso he sido amenazado por el compañero Juan Carlos Monedero". No ha tardado en responder el exdirigente morado que, en un texto en Facebook, negaba esta acusación: "Estoy convencido de que ha sido un malentendido". 

"Estas actitudes me parecen repugnantes y no van a impedir que siga dando mi opinión sobre qué Podemos necesitamos. No me callé en mi carrera judicial y no decidí participar en política para callarme", aseguraba en el texto y finalizaba diciendo que "como comprenderéis, como juez y como persona, no puedo dejar pasar la intimidación".

Yllanes, que fue uno de los "fichajes estrella" de Podemos en las pasadas elecciones y se ha convertido en uno de los diputados más cercanos a las tesis del número dos del partido, Íñigo Errejón, añadía en el primer texto publicado en Telegram que Monedero le había "amenazado" y le había advertido de "que hasta febrero (el día 11 de ese mes se celebra el congreso de Vistalegre II) puedo decir cosas que a él le molestan pero que cuando todo vuelva al orden stalinista, tenga ojito con lo que digo". Segundos después de dar a conocer este texto, el diputado publicaba uno corregido en el que eliminaba la palabra "stalinista"

La respuesta de Monedero

No ha tardado en responder a estas palabras Juan Carlos Monedero que al pareer está actuando como una especie de comisario político tambien en el Congreso, publicaba un texto en Facebook en el que aseguraba que no se habían producido estas amenazas y se mostraba "convencido de que ha sido un malentendido".Añadía que le tiene "mucho cariño" a Yllanes y que sentía "fraternidad" por él.

"Hoy he pasado por el Congreso de los Diputados a acompañar a unos diputados que venían de fuera de España. Antes de marcharme, he pasado por el comedor y me he sentado a conversar unos minutos con Rafa Mayoral y Alberto Rodríguez. He visto en la mesa de enfrente a Juan Pedro Yllanes, a Edu Maura y a otros compañeros de Podemos. He querido saludarles. Les tengo cariño y creo que los debates internos no deben quebrar la amistad", comienza el texto.

"Hice campaña por muchos de ellos –con Juan Pedro en las Islas Baleares y con Edu en Euskadi-, y la amistad prevalece. Así entiendo la política. Le he dicho a Juan Pedro, junto a los demás compañeros, que creo que ahora, por el proceso interno, toca debatir, plantear todas las diferencias que sean necesarias, argumentar en todas las direcciones posibles y también que, pese al debate que mantengamos, que creo muy importante que después del proceso de Vistalegre volvamos a trabajar todos juntos. Cuando han abandonado el comedor, nos hemos vuelto a saludar con el mismo cariño. Luego he visto, por una nota de Juan Pedro, que nos hemos desencontrado. Lástima no haberlo podido discutir allí mismo. Estoy convencido de que lo hubiéramos aclarado. Así se lo he comunicado. Como debe ser entre compañeros. Estoy convencido de que ha sido un malentendido", añade el exnúmero tres de Podemos.

En la peor tradición de la extrema izquierda, Podemos es un partido lleno de facciones, grupos y disidencias que son brutalmente machacadas desde una cúpula que domina el panorama con mano de hierro. El destino de todo aquel que ose oponerse al líder supremo es la asimilación al estilo Echenique –un caso que demuestra que no hay tanto divergencias programáticas como intereses personales encontrados– o, más pronto que tarde, la eliminación política del discrepante y todos sus partidarios, como le está ocurriendo a Errejón a las puertas del próximo congreso del partido.

La discusión finalizaba con otro escrito de Yllanes en el que decía que, tras ver el mensaje de Monedero y hablar con él, daba el tema por zanjado aceptando las "disculpas"

Los que presumen de ser la "nueva política" y la voz de "la gente" no son, por tanto, sino la mera repetición a veces caricaturesca de lo peor de la vieja política de la extrema izquierda, signado por el matonismo, las partidas de la porra y, en los casos más terribles, la eliminación física del rival.