A los cinco años del referéndum ilegal del 1-O, el separatismo envejece fracturado, con sus cabecillas pendientes de juicio

Manifestación en Madrid a favor de la independencia de Cataluña, en marzo de 2019.

La llama de la independencia se ha atenuado sofocada por los problemas cotidianos que llegaron con la pandemia y con la guerra, pero continúa viva gracias a los rescoldos de una parte de los catalanes que sigue alimentándola a la espera de una nueva oportunidad. Cinco años después del desafío, el conflicto sigue pendiente de resolución y late soterrado en toda la acción política.

Tras el gran desafío, el 1-O es ahora, cinco años después, para unos, el día del golpe contra la Constitución y el Estado; para otros, la jornada del pueblo catalán alzando la voz. Los medios de comunicación públicos intentan dar épica a una efeméride que llega con un Gobierno regional roto y sin previsión de grandes movilizaciones

Jordi Sánchez, exlíder de la ANC, exsecretario general de Junts y condenado por los actos de asedio de la Consejería de Economía en septiembre de 2017, afirmó en un documental de TV3 llamado La pirámide invisible producido por Jaume Roures, troskista, millonario, independentista y jefe de Pablo Iglesias, que las urnas que se usaron en el referéndum del 1-O entraron en Cataluña el 15 de agosto procedentes de Francia. El documental emitido el martes por la noche es uno de los intentos de mantener viva, mediante la épica, la memoria de la fecha que los independentistas consideran el día más importante de su Historia reciente.

Cinco años después del referéndum ilegal del 1 de octubre convocado por el Gobierno catalán, el resultado más tangible es que sigue habiendo 40 altos cargos políticos pendientes de juicio; entre ellos prófugos como el expresidente Carles Puigdedmont, los exconsejeros Clara Ponsati y Toni Comín o la secretaria general de ERC, Marta Rovira. Pero también personas del entorno político del actual presidente de la Generalitat como Josep María Jové, procesado por malversación, el actual consejero de empresa y expresidente del Parlament, Roger Torrent, procesado por desobediencia. También siguen pendientes de juicio los exdirectores de TV3 y Catalunya Radio, Vicent Sanchis y Saul Gordillo, procesados por desobediencia y cargos de la Generalitat.

Puigdemont, el 6 de septiembre de 2017, anunciando la firma del decreto que convocaba la votación del referéndum del 1-OGTRES

Artur Mas declaró el jueves que el independentismo de hoy «no tiene ni objetivos finales compartidos, ni forma de llegar a ellos, ni liderazgos reconocidos» y ha confesado que «el proyecto soberanista desde el 2017 va a la baja». El expresidente resume a la perfección el estado de ánimo en el que las bases independentistas llegan a la efeméride.

Junts y ERC han presentado en el Parlamento catalán por separado propuestas de resolución del debate de política general en relación al 1-0. Los de Junts afirman en la suya que el 1-O fue un acto «legal y legítimo» y ERC lo rebaja a «fecha clave». Ambas formaciones son corresponsables de lo que sucedió el 1 de octubre y aunque ambos partidos retóricamente reivindican para si la paternidad del referéndum.

Ninguno de los dos ha dado paso alguno desde 2017 hasta hoy para repetirlo y las miles de personas que acudieron como voluntarios a los colegios electorales y muchos de los votantes han pasado de ser independentistas a sentirse engañados por aquellos que les prometieron que al final de la jornada del 1 de octubre de 2017 serían una república independiente, reconocida por todo el mundo y que España no tendría más remedio que ceder la independencia como a principios del siglo XIX había hecho con Perú, México o Colombia.

Queman contenedores en la manifestación de CDR por el 1-O en Barcelona

Para celebrar el aniversario hay previstos infinidad de actos, todos ellos con poca trascendencia pública. A mediodía se ha convocado en la Plaza de Sant Jaume una perfomance donde se construirá un muro de urnas, la noche antes los independentistas más cafeteros ocuparan, tal como hicieron hace cinco años, diversos colegios públicos, con la complicidad de la Administración, que como en aquella ocasión les dará las llaves de los centros educativos.

TV3 ha organizado una noche especial en la que intentará mantener vivo el espíritu y el animo de los que participaron en esa fecha y que servirá por encima de cualquier otro mensaje para, una vez más, atacar a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y denigrar a España. El día acabará con una concentración en el Arco del triunfo organizada por la ANC y OMNIUM, los mismos que protagonizaron el asedio a la consejería de economía el 20 de septiembre de 2017 y que organizan los actos de la Diada los últimos años.

Los sediciosos condenados por el 1-O, tras salir en libertad

En el marco de la crisis abierta en el Gobierno catalán, no se resolverá hasta que Pere Aragonès decida dar el paso y expulsar a los consejeros de Junts o la militancia del partido de Puigdemont y Borràs vote el próximo día 7 por salir del Consell. La conmemoración del 1 de octubre llega en el peor momento para el independentismo porque cuando se coincide en el mismo espacio físico, se hace insoportable para aquellos que hace cinco años llevaron a Cataluña al borde de enfrentamiento y pusieron a la democracia española contra las cuerdas.

Cinco años después, los independentistas no plantean un órdago a los españoles por la independencia ni tienen ánimo para celebrar gran cosa, están centrados en una reyerta en la que la lucha es a muerte, no contra España, sino entre ellos.

Felipe VI, junto a las autoridades de la comunidad catalana el pasado junio, en la última edición del Mobile World CongressGTRES

Lo único bueno del 1 de octubre es que 48 horas más tarde Su Majestad el Rey, Felipe VI, hizo una intervención en defensa del Estado de Derecho y las libertades de los españoles que marca, sin duda, el punto más alto de su Reinado como lo fue para su padre el discurso de la noche del 23 de febrero de 1981.