No merecemos un gobierno que nos mienta

 (Después de las elecciones, ni un minuto más)

Es indudable la intención la intención del gobierno de Rodriguez Zapatero de agotar hasta el último momento por parte de lo que queda de este desastroso gobierno a sabiendas de que cada minuto que pasa sin tomar unas medidas económicas reclamadas desde todos los sectores internacionales va a ser determinante para nuestro futuro. Pero hasta el último momento el Gobierno está dispuesto a dejar la huella de su brutal incompetencia.

A escasas 48 horas de que se abran las urnas, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, ha protagonizado junto al inefable ministro Blanco una de las comparecencias más ridículas, patéticas y deprimentes de los últimos tiempos, lo cual no deja de tener mérito después de lo que hemos visto en los últimos años. En plena tormenta financiera, con los principales datos económicos desbocados hacia el precipicio y sin atisbo alguno para el optimismo, Salgado ha llegado a declarar sin empacho que empiezan a notarse los efectos de las reformas, que la situación no es en absoluto preocupante y que el Gobierno español se ha ganado el respeto de toda Europa y el del G-20.

En una interpretación de la realidad delirante, soberbia y enteramente falsa, Salgado pretende tranquilizar a una sociedad que sufre con extrema dureza las consecuencias de las mentiras socialistas, de la sistemática manipulación y reinterpretación de las estadísticas y los datos oficiales, de la supina y escalofriante incapacidad del Gobierno. Y de la misma manera que Zapatero negó la crisis, insultó a quienes alertaban sobre ella y se tiró faroles como la del mejor sistema financiero del mundo o la de los brotes verdes, Salgado se dedicó en su comparecencia a tocar la lira y a no decir la verdad a los ciudadanos ante el espectáculo de una prima de riesgo que ahoga cualquier expectativa de recuperación a corto y medio plazo y que tiene consecuencias letales para la subsistencia de las empresas.

La última rueda de prensa del Consejo de ministros ha servido también para constatar que el Gobierno está dispuesto a agotar todos los plazos antes de abandonar el poder, aunque eso suponga más ruina y descrédito para España. Blanco no ha dejado lugar a dudas y hasta ha llegado a invocar la figura del Rey para justificar la pasmosa interinidad de más de un mes en la que pretenden sumir a España a partir del lunes. Pero la Constitución no impide que el proceso se pueda acelerar, solo fija el periodo máximo de 25 dias para la formación del nuevo ejecutivo. Blanco ha vuelto a mentir.

No es previsible que esto ocurra, pero Zapatero debería sopesar el tremendo papelón que puede hacer el 7 y 8 de diciembre en la prevista cumbre europea, encabezando una delegación más que en funciones ilegítima y desautorizada por las urnas. Es anticipar acontecimientos ya que el PP no ha ganado las elecciones aún, (lo evidente es que visto el panorama el gobierno de Zapatero tendrá ninguna fuerza moral para imponernos una nueva prórroga) ¿para que desean alargar a toda costa? Han tenido más de medio año para no tomar niunguna de las medidas exigidas por la CE y asi tener tiempo para recolocar a sus compinches y dictar via BOE con subvenciones y adjudicaciones que benefician exclusivamente a determinados colectivos de su cuerda.

Espero que el Rey esté a la altura de las circunstancias y permita que este proceso de cambio de poderes se acere y el gobierno resultante pueda tomar las primeras medidas económicas para enderezar nuestra ruina antes de fin de año. Cada día que pasemos en las actuales circunstancias nos cuesta 100 millones de Euros de intereses a pagar por los españoles y esto no se puede soportar. Y hay cinco millones de parados esperando solución a su problema. Es de suponer que la noche del próximo domingo le quede algo más claro el deseo de la mayoría de los españoles de librarse del lastre de tanta soberbia y de tanta incompetencia.