Ni una pizca de autocrítica

Al parecer todos los miembros del Comité Federal del PSOE están la mar de satisfechos del resultado de las elecciones del pasado 20 de noviembre y están dispuestos a incidir en el error de planteamiento que les ha llevado al mas sonado fracaso de los últimos años del partido. Todos aquellos que esperaban una seria autocrítica de sus dirigentes actuales y el surgimiento de una alternativa seria de renovación en las personas y los programas se han llevado una severa decepción.

A tenor de las intervenciones de los principales responsables de la catástrofe de España, que los electores les han transferido con su voto el pasado 20-N, nada parece indicar que los miembros más conspicuos del equipo de Zapatero, encaramados al poder socialista hurtando esa decisión a sus militantes, tengan el menor interés por dar paso a la completa regeneración que el PSOE necesita imperiosamente en estos momentos. Ni se marchan ni tienen intención de facilitar el surgimiento de otras alternativas.

El discurso del fracasado Rubalcaba ha sido especialmente revelador. Para el candidato de la derrota más humillante de la historia del PSOE, que afirma no haber cambiado ninguna de sus convicciones, su campaña ha sido "sincera, participativa, de futuro, socialdemócrata y progresista", y la única razón de la pérdida de más de cuatro millones de votantes ha sido la crisis económica, un factor que Rubalcaba y Zapatero consideran que nada tiene que ver con su personalidad porque los dos siguen pensando que han hecho las cosas muy bien en ese terreno. Lo unico importante para ellos es que el PP ha obtenido solo 400.000 votos mas, cuando lo que se evidencia claramente es que el PSOE aún no ha tocado fondo. Es que no se quieren enterar que estas elecciónes las han perdido ellos a pulso con un programa que se limitaba a ir a remolque del ganador.

Rubalcaba ha hablado incluso del futuro del PSOE, que él pretende pilotar desde su puesto de jefe de la oposición para una travesía política que se antoja prolongada. Para tal fin ha dejado caer que ya tiene su programa para ejercer la oposición al Partido Popular (?). A tal fin, y con ayuda de un Zapatero especialmente servil, se ha atrevido a diseñar los términos del próximo congreso ordinario del que saldrán las líneas maestras que deberán regir los destinos de un partido socialista que ambos parecen considerar de su exclusiva propiedad. Estamos asistiendo a una especie de intento de reparto decuotas de poder de lo que queda del partido, toda vez que han perdido el poder en la mayoria de las instituciones.


Perder no les importa a esta gente. Les importa seguir en el machito de la política, manque se pierda. Preferirían que quien les mantenga fuera un ganador, pero no importa que sea un perdedor, como es Rubalcaba, si promete dejarles en sus puestos. Se trata de gente que ya no sabe hacer otra cosa que hacer política, que en su caso no es más que un eufemismo de no hacer nada y cobrar por ello. Así se entiende que todos se hayan puesto de acuerdo en que, en este tiempo de tribulación, lo urgente es que ellos sigan estando al frente del partido. Les gustaría ser dirigidos por alguien que ganara elecciones, pero nunca a cambio de ser ellos los sacrificados.

Aunque la alternativa en el caso del PSOE actual sean personajes tan delirantes en lo ideológico como Tomás Gómez o Carmen Chacón, los militantes tienen derecho a que se escuche su voz y a decidir lo que quieren hacer los militantes con su partido de ahora en adelante. En todo caso, peor que les ha ido con Rubalcaba será muy difícil que les vaya en el futuro. Si no aparece el mirlo blanco que por supuesto no estaba en esta reunión  y no hay algún cambio radical ante la falta de ideas de sus dirigentes, podríamos asistir a la desaparición del PSOE como el partido que hemos conocido estos últimos años