La hora de la regeneración económica, social ... y política

La previsible victoria del Partido Popular en estas elecciones generales que apenas han sumado unos 300.000 votos más que las anteriores elecciones que le ha permitido cosechar 186 escaños, once más de los requeridos para gobernar con mayoría absoluta, se ve ensombrecida por la profunda debacle del Partido Socialista que ha perdido más de cuatro millones de votos en todas sus modalidades y territorios.

La derrota del PSOE ha sido tan merecida como histórica. Ha sido merecida por el estado en que han dejado este país, gracias a su sectarismo e incompetencia.  Se lo han ganado a pulso. El partido del puño y la rosa ha causado a España un mal difícilmente reparable, por el que debe seguir pagando. Si no acomete de manera inmediata un proceso de auténtica refundación, que se lleve por delante ideas, personas y prácticas tóxicas, corre el riesgo seguro de acabar en el vertedero. Lo cual no supondría, ciertamente, un gran drama.

El Partido Popular, debería ponerse inmediatamente a trabajar y arrumbar su inmerecida euforia de manera inmediata, las cuentas públicas en estado comatoso, los nacionalismos poco menos que en estado de rebelión y la arquitectura institucional con graves daños estructurales. Y todo el mundo pendiente del menor de nuestros movimientos...Tienen por delante tres grandes tareas urgentes que hay que ponerse a trabajar y ni siquiera hace falta esperar a la investidura. Y dar los signos inequívocos a nuestros socios europeos de su voluntad de regeneración económica. Se trata de modificar la ley de contratación laboral, el saneamiento de las instituciones bancarias y cortar sin ninguna vacilación al enorme despilfarro de prebendas subvenciones y mamandurrias que se ha convertido el gasto público, sin tener que tocar ninguna de las bases del estado de bienestar como son las pensiones, la educación y la sanidad.  

Además el principal reto político del PP será mostrar que sin compromiso colectivo es inviable este país; por eso, precisamente, es antes la hora de los políticos que de los técnicos en economía. La agenda económica, por importante y urgente que sea, no tendrá salida sin política. Es la hora de los políticos del PP para que desmonten, en primer lugar, las diferentes modalidades de control y obstrucción totalitaria implantadas en la sociedad gracias al sectarismo de Zapatero.

 Sin un cambio del injusto régimen electoral que permite casos como el de Amaiur con apenas 300.000 votos haya conseguido 7 escaños mientras UPYD ha necesitado mas de un millón de votos para obtener solo 5 acompañado de una reducción de las instituciones a su justa dimensión, más una urgente despolitización de la justicia y una amplia regeneración de las instituciones del estado. Ante ese compromiso colectivo convendría que el Partido Popular metido a partir de ahora en lances económicos, no se le olvidara de lo que debería ser España.