La moción de censura, un fiasco para el centro derecha
Santiago Abascal, dirigiéndose a Pablo Casado desde la tribuna del Congreso. | EFE
Ni en las más pesimistas previsiones cabía esperar que la moción de censura de Vox a Pedro Sánchez acabaría siendo tan desastrosa para el centro derecha en España. Un desastre que, además, llega en el momento en el que más necesitan este país y sus instituciones una alternativa real a la deriva liberticida de un Gobierno que es un peligro muy serio para la democracia.
Santiago Abascal, cegado por sus aduladores, se permitió ser líder de la oposición durante un día y medio para cantarle a Sánchez las cuarenta que Casado nunca se atrevió. Pero, al hacerlo, se presentó en la tribuna de oradores disfrazado de la caricatura que de él hace la izquierda. No podía conformarse con llamar al de Sánchez el peor Gobierno de la democracia, tenía que compararlo con los de la dictadura para adornarse con la tacha de franquista que sus enemigos le achacan. Se metió con George Soros como si quisiera ser más de derechas que Viktor Orban. Acusó a Xi Jinping de propagar el virus y arremetió contra el director de la Organización Mundial de la Salud como si fuera Trump. Clamó contra la inmigración ilegal disfrazado de Le Pen. Tan sólo le faltó negar la realidad de la pandemia fingiendo ser Bolsonaro y respaldar la reforma que Sánchez quiere hacer del Consejo General del Poder Judicial para mostrar su solidaridad con el Gobierno polaco. Se cubrió con todos los clichés de la derecha nacionalista europea. Incluso se vistió de euroescéptico.
Se sabía que su fin último era poner en un brete a Casado insuflando a la crítica contra el Gobierno la energía, vehemencia y solidez que el descafeinado Casado no pone. Pero, queriendo a toda costa que el PP votara ‘no’, fue lo suficientemente atrabiliario como para que a Génova no le quedara otra. Es la manera que tuvo de demostrar que es el único líder genuinamente de derechas. ¡Qué error! La derecha española es más conservadora que liberal, pero la mayoría no tiene nada que ver con esa parodia de sí mismo que hizo Abascal.
Aún peor, si cabe, fue lo de Casado. Tras dejarse arrastrar a la arena de Abascal, se vio en la obligación de evitar que lo metieran en el mismo saco. Así fue como acabó obedeciendo a Sánchez, votando ‘no’, que es casi tanto como votar ‘sí’ al actual presidente de Gobierno. El fraudulento doctor no desaprovechó la ocasión que se le ofreció, se mostró condescendiente y paternal, perdonó al líder del PP haber sido un día de derechas y le extendió un carnet de demócrata de segunda. Encima se adornó haciendo de la necesidad virtud al retirar la propuesta de reforma del CGPJ, que Europa, no Móstoles, jamás habría dejado prosperar. Sólo falta que Casado, ahora que le dejan pertenecer al selecto club en el que son socios de honor la Esquerra y Bildu, se avenga a pastelear el nuevo CGPJ.
Tanto Casado como Abascal tienen motivos para mesarse los cabellos ante el desastre que se avecina. Pero en realidad no creen en él, como demuestra que dediquen el noventa por ciento de su labor política a que el otro no le levante la merienda. No estarán tan mal las cosas cuando, en vez de unirse para derrotar a este Gobierno radical de socialistas y comunistas que tontea con el golpismo catalán y los filoterroristas vascos, prefieren enfrentarse el uno al otro como dos cérvidos en berrea ante el electorado de derechas, que si pudiera los mandaría a los dos a la porra.
El discurso del presidente del PP ha resultado aún más improcedente después del pacto firmado este miércoles por los socialistas con comunistas, golpistas y hasta con los herederos de ETA, un acuerdo contra Vox del que por supuesto han excluido tanto al PP como Ciudadanos, a los que sin duda se les aplicará cuando llegue el momento oportuno. Y en esa situación, el partido que durante muchos años se ha visto sometido al cinturón sanitario de toda la izquierda parece sumarse con entusiasmo a un tratamiento análogo contra otra formación que encima es una de las pocas con las que puede llegar a acuerdos y que, de hecho, sostiene sus gobiernos en Madrid, Andalucía, Murcia e innumerables capitales, incluida la de España.
Pero el discurso de este jueves de Pablo Casado ha pasado de soslayo sobre eso y, en lugar de censurar a un Ejecutivo que no puede ser más censurable, ha lanzado una moción durísima contra Vox y contra el propio Santiago Abascal, con un tono muy elevado y una agresividad, incluso en lo personal, que estaban completamente fuera de lugar: cualquiera que haya seguido la sesión parlamentaria pensará que al líder popular le genera un rechazo muchísimo mayor Vox que el propio PSOE de Sánchez o incluso Podemos.
Prácticamente desde su llegada a la presidencia del PP Casado ha venido hablando de la reconstrucción del centro derecha, es muy dudoso que un discurso como el de este jueves, agresivo y mostrando un desprecio terrible, pueda ayudar a construir puentes con otros partidos sino que más bien los dinamita. Del mismo modo no se conoce al votante al que recibir una catarata de insultos le ayude a cambiar de voto a otra formación.
En cualquier caso, uno y otro deben entender que quizá en una situación menos dramática se podrían dedicar a destrozarse mutuamente para ver cuál de los dos era el líder del centro derecha español. Pero con el país en plena pandemia, sumido en una crisis económica de una magnitud colosal y en manos de un Gobierno liberticida dispuesto a todo con tal de mantenerse en el poder ese es, sin duda, un lujo que ni España ni sus propios partidos se pueden permitir.
Urge una rectificación y urge, sobre todo, que los líderes del PP y de Vox sean conscientes de una puñetera vez que lo que está en juego no es su futuro personal ni el de sus partidos, sino el de España, que es infinitamente más importante. Si no lo entienden no se tratará ya de elegir entre uno y otro sino de mostrar a todos la puerta de salida.
Abascal se equivoco planteando la moción en este momento sin contar los apoyos suficientes. Casado hizo lo mismo arremetiendo contra quien tendrá que recurrir en el momento que decidan desalojar a Sánchez. Solo toda la derecha unida podrá conseguir el desalojo de Sánchez del poder. Y hasta que el autócrata no se vaya, no será posible un cambio en España. Para ello urge que los líderes del PP y de Vox sean conscientes de una puñetera vez de que lo que está en juego no es su futuro personal ni el de sus partidos.
Andres Esteban
ResponderEliminarEl PP es un partido traidor a España y vendido al PSOE Y PODEMOS, resumiendo que ya es un partido Comunista
Nuria Gomicia
ResponderEliminarLo habrá sido para los de Vox
Montse Montenegro
ResponderEliminarNo lo creo el centro derecha es lo mejor
Delgado Fernandez Juan Felix
ResponderEliminarAgrias palabras para el centro derecha En VOX recogemos las migajas
Angelita Quiros-Sanchez
ResponderEliminarVerdad Esperemos hablen de sus rencillas y se pongan a trabajar para España y los Españoles pero mal veo la cosa 😢
Lola López
ResponderEliminarQue vergüenza del S Casado cuando si alguna vez quiere ser presidente tiene que ser con VOX a no ser que Casado quiera gobernar con Sánchez que ya no me extrañaría de Casado nada !
Jose Antonio Moreno
ResponderEliminarYo creo que ha sido un fiasco solo para Casado y de rebote para el PP,
ya veremos..
Saturnino Garcia Montaña
ResponderEliminarViva vox.vox
Viva abascal
Manuel Gabucio Torralbo
ResponderEliminarCoincido totalmente.
Joseto JJ
ResponderEliminarAlguien me explica lo que es el centro?El centro son los que no saben que votar una vez votan a izquierda y otras a derecha, es como el equilibrio, los químicos y los físicos lo dicen claro NO EXISTE
Saturnino Garcia Montaña
ResponderEliminarViva vox.vox
Viva abascal
Jose Antonio Moreno
ResponderEliminarYo creo que ha sido un fiasco solo para Casado y de rebote para el PP,
ya veremos..
Luis Fernando Gómez Quintana
ResponderEliminarNo digas sape hasta que no pase el último gato, que todavía no está todo el pescado vendido. Que tienes toda la pinta de ignorante funcional y se te ve el pelo de la dehesa. Tranquilo.
Lluis Grande
ResponderEliminarLa moción de censura era un desastre anunciado, salvo que el único objetivo fuera situar a los dos grupos populistas, Vox y Podemos, como ejes por encima del “todo me da igual” del Psicópata.
Inesperadamente el PP se ha situado junto a Cs, fuera del falso dilema, lo que le ha permito salvar los muebles.
El ególatra no sale tan victorioso como pensaba, demostrando su condición de oportunista mediocre, un maniquí parlante sin más programa que la poltrona a cualquier precio.
Y el mafioso de Galapagar, intenta esconder su rabia y decepción, con una simulada y no creíble felicitación a Casado, mientras de puertas adentro le reconcome no haber podido escenificar la “foto de Colón” (“la derechona”). Lo único que sí ha gustado al gángster es que su verdadero rival, Vox, haya recibido leña. Y es que, el verdadero competidor de los peronistas es Vox, pues ambos populismos compiten por el mismo electorado.
Nanda Koninckx
ResponderEliminarTONTO TOTAL CASADO....ESO SE LO DICES A SANCHEZ Y NO A LOS Q TE PUEDEN AYUDAR...PÉGATE MÁS CON LA DERECHA Y SEGUIRAS HUNDIENDONOS🙈🙈🙈🙈😨😨
Mona Lucia
ResponderEliminarNo se cuantos miembros tiene es grupo, espero que muchos. A ver di despertamos a la gente, porque Yo creo que en estos momentos todos los politicos deberian dejar a un lado el orgullo y pensar en el pueblo. En este momento yo no veo ningun partido politico al lado del pueblo español que ya esta en coma....... repito COMA
Luis Villacorta Baños
ResponderEliminarYo también pienso que era innecesario. No va a obtener votos del radicalizado psoe sanchista y va a perder votos por la derecha. Mal negocio ha hecho. Mal ha tenido que hacer las cosas cuando ha tenido críticas positivas de Pablo Iglesias y PS.
Mey De Leon Fernandez de Cordoba
ResponderEliminarEstas en un gran error. Casado ha metido la pata al pasar al plano personal. Eso es imperdonable. Más parece Iglesias el maleducado. Esta aprendiendo rápido las mañas de su nueva banda.😡
Maruja Orenga
ResponderEliminarLa censura era para el PP , lo que no se porque lo hicieron los de Vox sabiendo que no saldría adelante....
Ernesto Garcia
ResponderEliminarEl centro NO EXISTE