El patético debate
Ha terminado el Debate de la Nación, han ganado todos los que allí debatían, han perdido los ciudadanos a lo que se les han escamoteado los asuntos que le importan. Se suponía que lo que podía ser una buena idea para acercar
a los ciudadanos a la política y conocieran el estado real del país en los últimos
años se ha convertido como todos los en un toma y daca entre los dos partidos
una especie de Sálvame de Luxe con un 2%
de audiencia de un debate que ya no interesa a nadie porque desde el no se construye nada, salvo para aquellos que cobran del Estado.
El cabreo de Rajoy desdeñoso o la imagen de la vicepresidenta del Congreso pillada jugando al Candy Crush con su
tableta mientras Rajoy contestaba a Durán, son las únicas excepciones de algo que ya estaba ensayado de antemano, que nos dice que para estos políticos ya
ha llegado a final de curso, por no decir la hora de su jubilación
Alli no hay otra preocupación que las próximas elecciones y la entrada en el terreno de juego de quienes verdaderamente ya constituyen la verdadera oposición política, quizá el futuro político del país y por ley no han podido asistir. Se trata
de nuevos partidos, Podemos, Ciudadanos etc,,,.. Me hubiera
encantado ver otros debates entre Sánchez e Iglesias o entre Rivera y Rajoy que seguramente fueran más instructivos.
PPy PSOE escuchándoles debatir, pareciera que Rajoy y
Sánchez viviesen en naciones distintas. A España solo se asoman en campaña
electoral desde la ventanilla del coche oficial. Los dos pertenecen a la misma Nación,
pero escuchándoles debatir parece que habitan en naciones distintas. Rajoy vive
en la Arcadia Feliz y Pedro Sánchez poco menos que en una
mina de carbón de Sudafrica. Esos son sus escenarios para debatir sobre el
Estado de la Nación que les vota (o no) y que, eso sí porque no es opcional,
paga siempre los errores que ambos cometen.
Alli también concurre la morralla parlamentaria que busca su
momento de gloria, sea del grupo mixto que bien, sean nacionalistas o antisistema
intentan meter baza con temas que
no interesan a nadie salvo a las apetencias territoriales de los caciques
territoriales de unos o a su afán de cargarse de una vez este país de otros.
Mientras ellos debaten, la Nación se debate en cómo llegar a
fin de mes, llenar la despensa y pagar la luz y la hipoteca. Ese es el
verdadero estado de una Nación a la que ellos solo se asoman en campaña
electoral desde la ventanilla de un coche oficial.
Quizás, el refrán ese que dice: Vale más malo conocido que bueno por conocer; puede que sea verdadero.
ResponderEliminar