El ministro Wert y el enésimo plante de los rectores
Hacía tiempo que José Ignacio Wert no salía por los medios, uno de los ministros más transparentes de este gobierno y ser al mismo tiempo el menos menos valorado en las encuestas y ninguneado por docentes y discentes. Esta vez por una reforma que viene siendo reclamada desde hace años por los propios rectores de las universidades.
Porque, al margen de los errores que haya podido cometer en
su gestión —la sangrante devaluación de las humanidades en la novísima LOMCE,
sin ir más lejos—, Wert atesora el mérito de haber dicho en todo momento las
cosas por su nombre, lo cual, tratándose de un político —o de alguien metido a
político—, es mucho decir.
En esta ocasión el motivo era la universidad y una propuesta
de flexibilización de los grados que, en síntesis, consiste en proponer una
fórmula de 3+2 en vez de 4+1; o, en otras palabras, en proponer titulaciones de
tres años a los que se añadirían dos de máster, en vez de las de cuatro
actuales a las que se añade uno de máster. Y si he escrito el verbo proponer y
he utilizado un tiempo hipotético para referirme al añadido de años de máster
no ha sido porque sí, sino porque el ministro ha planteado la medida como una
posibilidad. El que termine concretándose va a depender ahora de cada
universidad. Cada una podrá decidir si se suma a este cambio o bien seguir con
el formato anterior.
En España, cuando había que ejercer el derecho a decidir
sobre el asunto se impuso el 4+1, y ello a pesar de que la entonces ministra
Sansegundo —estamos hablando de hace casi una década— se había inclinado de
entrada por el 3+2. Fue la presión del cuerpo docente, que no quería ver
peligrar su carga lectiva y, en definitiva, sus prebendas, lo que indujo a los
responsables políticos a adoptar un nuevo ancho de vía español, esta vez en
forma de carrera universitaria. Porque de eso se trata, al cabo. De la
imposibilidad de circular sin trabas por los demás países de la UE. Un graduado
que ha precisado cuatro años para obtener el título no es competitivo frente a
uno al que le han bastado tres. Siempre llega, como quien dice, un año tarde a
la cita.
En realidad, lo que aquí se ventila, digan lo que digan
quienes han expresado hasta la fecha su rechazo a la medida, es si somos o no
europeos. La razón seria homologar el formato a las titulaciones impartidas desde
las universidades de las principales naciones europeas y evitar problemas a
aquellos estudiantes que pretenden seguir sus estudios en otros países. Pues
bien la mafia rectoral ha decidido seguir haciendo la pascua al ministro y oponerse a
una medida que llevaban diez años reclamando. A la postura incomprensible de los rectores se han sumado los sindicatos de estudiantes siempre
al quite y que ya estaban buscando motivos para sus habituales huelgas primaverales.
Ya comprendo que a no pocos rectores que con esta medida van a entrar en competencia entre ellos y a los sindicalistas
profesionales estas consideraciones les tengan sin cuidado. Pero el progreso y
el prestigio de un país y, por supuesto, el bienestar de sus ciudadanos son
directamente proporcionales al nivel educativo que esos, en su conjunto, puedan
exhibir. Y las calificaciones recibidas de Pisa indican que en España no estamos
para muchos alardes.
Pepa Estravis
ResponderEliminarEsto es la consecuencxia de sustituir el mérito y la capacidad por la cooptación...¡Vivan las camarillas!
Jose Jimenez
ResponderEliminarCon esta reforma el potencial humano de España va a la cola de Europa. Pues nada, no les importa mucha a PP, ya que sus hijos haran lo que ellos hacen: mandar en su propio interes. Claro, para eso 3 años sobran. Y los demas que se busquen la vida. En el mismo tiempo Alemania va a cambiar a 4+1.
Jonathan R. Acosta
ResponderEliminarEste señor se merece un premio por aguantar todas las sandeces que dicen de él. Wert tú puedes contra toda esta gentuza difamadora de la ultra izquierda comunista!
Alicia Gonzalez Loché
ResponderEliminar¿Y no hay nada que hacer? Sancionarles, por ejemplo.
Julio Perez Garcia
ResponderEliminarXAVIER, que vas a esperar de estos rectores, si la mayoría son rojos, que es igual a ser traidores a España