La peste amarilla

Son tiempos difíciles. la otrora ciudad modelo, yace en ruinas. La gente anda por las calles con el ceño fruncido, sus domicilios okupados bajo directrices municipales, los negocios languidecen y el que puede hace las maletas y se va a otro lugar mas amable para él o su negocio. Enormes lazos amarillos se posan en fachadas, farolas, solapas o semáforos. Sus gentes, desesperadas, luchan como fieras, golpeándose e insultándose, para mantener sus privilegios y los momios bien remunerados con la excusa de reivindicar la libertad de sus carceleros que prologaron sin solución de continuidad la dictadura de Franco a la de Pujol y sus sucesores.
Y cuando parecía que nada más podía perturbar la poca tranquilidad que quedaba, llegó una plaga que desató el desespero en los ya desconsolados ciudadanos: la peste amarilla que reivindican una libertad que no es mas que privilegios para sus caciques y una democracia que no han llegado a conocer ni les interesa.
Amos y señores de la ciudad, los caciques golpistas y recalcitrantes emprendieron su plan perverso. No les importa adulterar la historia, pervertir la juventud, mentir sobre la realidad, amenazar, obstruir vías, chantajear y agredir tanto verbal como físicamente a quien se interpusiera para evitar sus abusos. Ellos, los hijos de Uldarico, tienen vía libre para arrasar con lo que encuentren.
Esta horda de trogloditas, que se dicen pacíficos, pero no cumplen la ley, que con sus lazos amarillos en balcones y solapas, están coaccionando a la justicia y atemorizando a la ciudadanía. Liderados por su mesías, un señor omnipotente fugado a cuerpo de rey que se mofa de la justicia, logró imponer la ley de la selva en la jungla de cemento. Su única misión es cobrar... y robar.... al ciudadano para un viaje a ninguna parte. Asi las ratas se adueñaron de las calles, de las familias, las instituciones, las escuelas, los medios de comunicación para terminar de apoderarse de todos nosotros, se apropiaron de nuestra libertad.
Y fue así como, esta peste, se volvió inmune a los remedios que surgieron: un pequeño paliativo, que solo podía ser adquirido por quienes más dinero tenían, que atacaba los síntomas más dolorosos de esta nefasta enfermedad (la patanería, el robo, la adulteración, los abusos, etc.), vio cómo ese virus mutó, fortaleció sus ya perversas dolencias e invadió todos los estamentos para evitar que más ciudadanos pudieran tener acceso a la cura de tan lamentable mal.
El esfuerzo es en vano, en especial porque ya nadie respeta nada. Así, todos los males no hacen más que crecer, y crecer. Sí. La peste amarilla, al parecer, se ha tomado toda una ciudad (con sus personas incluidas) a la fuerza, como un virus que, con su agresividad y perversión, se vuelve inmune a cualquier cura.
El esfuerzo es en vano, en especial porque ya nadie respeta nada. Así, todos los males no hacen más que crecer, y crecer. Sí. La peste amarilla, al parecer, se ha tomado toda una ciudad (con sus personas incluidas) a la fuerza, como un virus que, con su agresividad y perversión, se vuelve inmune a cualquier cura.

José Francisco Bueno
ResponderEliminarQue hace ese rollo de papel higuienico amarillo colgando de ese edificio???😊😂
José Francisco Bueno
ResponderEliminarPobres ZOMBIS LOS DEL LACITO AMARILLO!!!Vaya gallinaceas!!!💩🐀🐀🐀🐀😂👻👻👻👻
Miguel Lorenzo
ResponderEliminarSe busca un antidoto para combatir la fiebre del lazo amarillo
José Francisco
ResponderEliminarBueno Pobres ZOMBIS LOS DEL LACITO AMARILLO!!!Vaya gallinaceas!!!💩🐀🐀🐀🐀😂👻👻👻👻
Enrique Morata Senar
ResponderEliminarellos mismos se señalan
Pilar Zamora
ResponderEliminarESTA COMO PARA NO IR NI LAS RATAS
Santiago Nuevo Fernandez
ResponderEliminaruna plaga
Antonio Torres Gutierrez
ResponderEliminarEl amarillo no es el color de la mala suerte??
Será por eso que la independencia ha salido tan mal??
Alfredo Limes
ResponderEliminarDesde luego que impresionable eres con los hechos de otros ya que facilmente te producen pesadillas, porque de los cercanos a ti ni siquiera les dedicas una línea ni te preocupan lo más mínimo
Goya Garcia
ResponderEliminarPayasos q se creen mas q nadie
Jose Luis Zarco Alcolado
ResponderEliminarEs bueno que, ese edificio tenga el lazo amarillo, porque de esa forma, se le dice a la gente que no se acerque, por padecer peste o enfermedad; al menos así ha sido toda la vida, con el cólor amarillo.
Arcelina G. Martin
ResponderEliminarEl otro día me comentaban unos catalanes que todo esto se lo están tomando en cataluña (así en minúscula hasta que vuelva a respetarles) en plan coña.
Esther Luque Quintana
ResponderEliminarque pena de BARCELONA era pero ya no es
Luis Hernando
ResponderEliminarLos separatas van a ir al partido de la copa del rey vestidos de Pollinos,perdon de Pollitos. Jijiji pío pío pío que ridiculos¡¡¡
Maripi Meca
ResponderEliminarEs enfermedad
Mari Sol Vazquez
ResponderEliminarPero porqué nos importa tanto lo de los lacitos ? Mientras los niños juegan nos dejan vivir tranquilos.
Mari Sol Vazquez
ResponderEliminarNo sé si es el color de la mala suerte pero sí te puedo decir que atrae a todos los mosquitos que te encuentres por el camino . Lo digo por experiencia.
Lupema Perez
ResponderEliminarSon patéticos....!!!!
Graci Garcia
ResponderEliminarMierda
Antonio Torres Gutierrez
ResponderEliminarPués ellos verán, puede que los mosquitos los frían a picotazos.😎