¿Esto es afición al futbol?




Estoy aún consternado viendo las imágenes violentas de la brutal pelea que se organizó a las orillas del Manzanares entre los miembros del grupo ultra-izquierda “Riazor Blues” del Depor y el “Frente Atletico” de la extrema derecha del At. de Madrid. Resulta que unos y otros habían quedado a través de móviles eludiendo el control policial establecido para zurrarse de lo lindo. Como consecuencia murió uno de los integrantes del grupo gallego que habían ido recogiendo aliados por el camino a miembros ultra del Rayo y Alcorcón y de los Bucaneros. La consecuencia fue el asesinato de uno de sus miembros, Francisco Javier Romero Taboada, Jimmy, de 43 años,

A la 1.30 de la madrugada del domingo los Riazor Blues se repartieron en dos autobuses alquilados en Lugo rumbo a Madrid con el fin de despistar a los controles policiales. Lo hicieron según su jerarquía. En el primero iban los cabecillas y la llamada vieja guardia, hombres veteranos y de respeto dentro del grupo. En el segundo se subieron los más jóvenes, chavales algunos que llevan poco tiempo en el mundo ultra, casi todos veinteañeros. Hicieron dos paradas, una en Guitiriz alrededor de las 2.30 y otra llegando a Madrid alrededor de las 7.30.

El día anterior uno de los líderes del Frente Atlético, un grupo de ideología neonazi, envió un mensaje de texto al grupo: «Hola a todos. Mañana jugamos el penúltimo partido de Liga de este año en el Calderón contra el Dépor. Hemos quedado a las 7.00 en el lugar habitual. Sed puntuales! Prietas las filas... Atleti o Muerte!». El partido era a las 12 del mediodía. Los ultras del Deportivo bajaron del autobús a las 8.30. La mayoría de ellos se empezaron a abrigar. La mañana de Madrid era fría, nublada y cerca del río la temperatura roza los cero grados.

¿Qué iban a hacer los coruñeses de tapadillo por Madrid a esas horas? «Lo de siempre, rondar por ahí y tratar de llegar al bar de ellos», dice uno de los miembros de la expedición. «Nosotros», cuenta, «no quedamos, pero no hace falta, normalmente salimos a buscarnos y eso también es parte del juego». El objetivo siempre es el mismo: coger de improviso a los ultras locales y asaltar su bar. «Animamos, nos gusta beber y pasarlo bien con nuestro equipo. Y si hay que darse unas hostias, se dan, pero nada más», dice el blues. «Tú no sabes la explosión de adrenalina que es entrar en una pelea multitudinaria», cuenta un ultra retirado. Ambos coinciden en que hay unas reglas. No se llevan armas, no se pega en el suelo y si uno está rodeado y abatido se le deja en paz. Desde A Coruña se recuerdan las imágenes de una monumental paliza entre Biris y Frente Atlético en la que uno del FA está en el suelo y los sevillanos, entre gritos de «parad ya» y «que se vaya», le dejan escapar.

Nada más bajar de sus autobuses, y cuando iban al encuentro de bukaneros amigos, el centenar de Riazor Blues contempló una estampa pavorosa. Al otro lado del río, observándolos, había no menos de 200 ultras del Frente Atlético. Eran muchísimos y empezaron a correr hacia nosotros». Según los blues, eran tantos que cuando los de las primeras líneas ya se estaban peleando aún seguían cruzando el puente los últimos de FA. Este testigo dice que recuerda ver el destello de navajas, cuenta que empezaron a armarse con lo que les tiraban y lo que encontraban, y que empezaron a recular. Entre los más rezagados estaba Francisco Javier Romero Taboada, Jimmy, de 43 años, al que atraparon entre varios y sometieron a una paliza antes de tirarlo al río.

El testigo de los blues insiste en que ellos no estaban armados («sólo llevábamos bengalas y voladores») y que no había ninguna quedada. El presidente de la Federación de Peñas del Depor, Emilio Abelleira, dijo el lunes en Radio Galega que llevaban varios días planeando la pelea. También un amigo del fallecido, en Radio Voz, dijo que Jimmy le había contado una semana antes que habían quedado por whatsapp. A la Policía no le consta documentalmente que haya habido convocatoria. En A Coruña muchos vecinos se preguntan por la importancia de que hayan quedado de antemano cuando la intención era pelearse de todas formas. «Este debate estúpido», dice un comerciante de la calle de la Franja, el lugar en el que vivía Jimmy, «nos distrae de dos noticias: por qué no están detenidos los asesinos y por qué la policía tardó tanto en aparecer». Y otra cosa, añade: «Por qué ponéis -los medios- el foco en la banda de la víctima y no en la del culpable».

Los Riazor Blues ahora esperan la llegada de heridos y detenidos. En este momento son muchos, espantados, los que se replantean su papel en el grupo. A pocos metros de donde se reúnen los ultras coruñeses en el Peruleiro hay una frase de Cortázar: «Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos».

No puedo entender como unos tarados algunos ya cuarentones y padres de familia, en vez de salir a pasear con sus hijos los domingos, dedican los fines de semana a hacer centenares de kilómetros hasta otra ciudad con la excusa de un partido de fútbol para destrozar todo lo que encuentren y zurrarse hasta matarse con otros violentos e imbéciles simplemente porque son del equipo contrario o del extremo político adverso.

Comentarios

  1. Jose Villar Campuzano

    Como bien dice Xavier, seguro que tenia abandonada a su mujer e hijos para hacer el imbecil donde no lo llamaba nadie, ya encontro su premio, y por su mujer no hay que sufrir, que sin duda pronto encontrara otro hombre mas hombre que ese idiota para su bien.

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  2. Laura Pérez

    Mas que imbeciles yo los definiria como gentuza.

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  3. Jose Luis Perez

    La basurilla que ha muerto tenía antecedentes por violencia doméstica, robo a mano armada y tráfico de drogas. La pérdida para la humanidad es insignificante.

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  4. Maria Jesus Guellar Gomez

    Vergüenza porqué no asesino dónde está el asesino verdad gracias lo que me digan que no hay porque no me lo creo som una poca mierda hinchar coger al asesino

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  5. Luis Camara Cañete

    Buenas tardes Xavier, no es fútbol y lo sabemos. Se aprovechan del fútbol como espectáculo de masas, y lo que que pretenden es que desaparezca como todo, son antisistema y antitodo. Que se suspendan los partidos, jornadas enteras suspendidas y de paso la liga, como en Argentina o Brasil.
    Los que opinan que se debió suspender el partido el domingo por la mañana no saben de lo que hablan, los estados de ánimo no pueden supeditarse a cuatro matones que viven al margen de la sociedad. Y ya es hora de que sean expulsados de los estadios, por su culpa han dejado muchos aficionados de ir a los campos, y ahora lo ven desde la televisión. Esto es como cuando se prohibió fumar en los bares, alguien dijo que se perderían clientes, y resultó que se podía entrar en locales sin humo y disfrutar tan a gusto, incluso más gente que antes no entraba. Pues lo mismo ahora, se podrá ir sin miedo a altercados, con niños que ahora da miedo llevar y más divertido, porque las nuevas generaciones irán a animar a su equipo sin nada que temer.

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