El hundimiento - 4 años de Artur Mas

Mar de fondo en CiU. Ganaron hace 4 años prometiendo rigor y realismo para reparar el desastre del Tripartito. Nadie hablaba de secesión entonces. A los pocos meses pusieron en marcha oficialmente lo que llevaban años preparando y estimulando de manera oficiosa: comenzó el “prusés”  y se partió Cataluña.

4 años después el resultado es desastroso. La deuda de la Generalitat se ha disparado un 90% rebasando ampliamente los €60.000 millones. Espantada por la incertidumbre y los messy times que nos esperan bajo el nacionalismo(The Economist dixit), la inversión extranjera ha caído el 35% en términos absolutos y atrae sólo el 11,8% del total de inversión en España, cuando en 2010 era el 39,5% (sí, es un -70%). Como guinda, los catalanes pagamos mas impuestos que nadie para financiar las estructuras d’estat de Mas y Mas – Colell no piensa reducirlos. 

El “prusés” puesto en marcha por los políticos fanáticos de nacionalismo está haciendo que Cataluña pierda su atractivo. Los consejos de escuelas de negocios como ESADE constatan preocupados como ya no consiguen atraer talento del resto de España, que prefiere apostar por Madrid. La demanda inmobiliaria de alto standing de rusos y chinos se traslada claramente de la Costa Brava en la Costa del Sol. Mas no ha desatado un rápido choque de trenes, más bien una dinámica lenta pero abrasiva para Cataluña.

Políticamente la conversión de CiU en el separatismo ha sido un desastre. A pesar de las apariencias y la Presión ambiental, los analistas extranjeros reconocia que los catalanes somos mucho menos nacionalistas que, por Ejemplo, los escoceses. CiU ha forzado a los catalanes a definirse, y ha perdido: Al rechazar más del 70% de catalanes el "Butifarrèndum", se demuestra que el secesionismo se incapaz de crecer y cada día hay más catalanes que le dan la espalda al “prusés” Cunde la sensación de que el separatismo empieza inexorablemente a agotarse, a pasar de moda: las cubanas, languideciendo en cada vez menos balcones, parecen melancólicos trapos anticuados, y los "trendsetters" evitan la bandera inventada.

Muchos cuadros de CiU se preguntan si todo esto ha valido la pena. Y la respuesta es que no. Cientos de ellos perderán su trabajo próximamente: todas las encuestas pronostican otro bajón de CiU, la última de La Vanguardia del 35%, hasta los 40 diputados. Una nueva oposición, transversal, desenfadada y bien organizada se articula alrededor de Societat Civil Catalana. El 12- O a plaça Catalunya és ya una diada tradicional. Las grandes empresas catalanas y la Cataluña que funciona dan la espalda a un CiU abrazado -literalmente, recuerden el momentazo Mas-Fernández- a la radicalidad. La coalición está rota de facto. El padre del nacionalismo, Jordi Pujol, desprestigiado y escarnecido, ha caído a los infiernos donde moran Bárcenas, Fabra o Urdangarín. Mientras tanto, Artur Mas y su "pinyol" siguen siendo los políticos mejor pagados de España.

Ya explicamos cómo parecía que CiU estuviera ejecutando un plan diseñado milimétricamente para autodestruirse. Quem deus vult perdere, prius dementat. Los dioses enloquecen primero a aquellos a quienes quieren perder.

Dolça Catalunya