La reunión entre Sánchez y Ayuso corre el riesgo de quedarse en otra foto inútil

Con su larga inhibición veraniega tras una desescalada apresurada, urgida por la ansiedad de la reapertura económica, Pedro Sánchez marchó de vacaciones y depositó en manos de las autonomías toda la responsabilidad de la gestión de la pandemia a sabiendas que estos carecían de los medios necesarios para atajarla en el caso de un segundo rebrote, algo que ya está ocurriendo en Madrid y otras autonomías. . Ni siquiera en los países más descentralizados del mundo cabe defender la responsabilidad de una decisión de ese calibre cuando se trata de una pandemia, que no conoce límites competenciales.

Entre esas competencias se encontraba ciertamente la capacidad de adquirir material sanitario, de contratar rastreadores, de ampliar la plantilla médica, de reforzar la atención primaria. Y especialmente facilitar la participación de policías, guardia civil o ejército para hacer cumplir  cualquier decisión de la sanidad regional. Es imposible pretender que Ayuso puede controlar el problema con solo la ayuda de alcaldes afectados y sus policías locales. Es imprescindible que el presidente de España a través del Ministerio de Sanidad recupere el mando único, evitando implantar el confinamiento de la población, con un nuevo estado de alarma. Un nuevo mando único debería servir para fijar un marco de decisión y unificar las decisiones contradictorias de las 17 autonomías que con buena voluntad y sin los instrumentos necesarios intentan atajar por su cuenta la pandemia.

Hay medidas concretas como las que Ayuso avanzó ayer que van en buena dirección, por incómodas que resulten: restricciones a la movilidad y a la actividad comercial en 37 zonas de Madrid. Pero hay otras que, sin llegar a la alarma, dependen de Moncloa, como las pruebas PCR en Barajas, la colaboración de Policía Nacional en el cumplimiento de las restricciones, el apoyo militar al rastreo o la definición de un protocolo sanitario efectivo y jurídicamente seguro.  

¿Alguien ha visto a un fontanero reparar una fuga sin cortar el agua? Esto es lo que está haciendo o dejando de hacer Sánchez permitiendo la entrada desde cualquier país sin ningún control a traves del aeropuerto internacional de Barajas. A ello se ha negado Sánchez a pesar de los requerimientos de la presidenta de Madrid de modo que la metrópoli más densamente poblada del sur de Europa y su región autónoma quedaron al albur de sus capacidades particulares.  La movilidad y la concentración de personas que hacen de Madrid un caso excepcional que como tal debía haberse tratado desde un primer momento, con un plan bien definido y coordinado entre el Ministerio de Sanidad y la consejería.

La reunión entre Sánchez y Díaz Ayuso fijada para el próximo lunes sería una buena noticia -un gesto de deshielo entre dos administraciones ideológicamente enfrentadas- si no fuera porque llega tarde De hecho, la ley en vigor de Salud Pública de 2011 establece en su artículo 52 la competencia del Ministerio de Sanidad cuando concurran «circunstancias de carácter extraordinario que representen riesgo evidente para la salud de la población». Sencillamente, no se ha cumplido.

Lo peor de la reunión del lunes sería que además de tardía fuera inútil.