Sánchez ya no tiene prisa

Pedro Sánchez consiguió finalmente su objetivo de ser presidente de España. No creo que pueda presumir de sus seis intentos fallidos. en todo ello hemos perdido mas de un año mientras el país que  crecía mas de Europa ha visto asomar de nuevo la recesión, no son para estar presumiendo. Sus descalificaciones a toda la derecha y a quienes no le sigan si rechistar en su viaje errático hacia no se sabe donde, van a ser el menú diario con que tendremos que tragar a este tiranuelo. 

Aunque yo no comparta en absoluto ni sus ideas ni sus futuros proyectos, me indignó la humillanción a que fue sometido por las palabras emponzoñadas por el odio de Montserrat Bassa a quien le importa un comino el devenir del estado español de quien está cobrando o de las amenazas de etarra reconvertida en diputada que tendrán que apoyarlo a partir de ahora y su falta de réplica por su parte. Ni una sola matización por parte de un presidente chantajeado que no distingue en buenos y malos a los vascos.  Todo ello me ofende, al fin y al cabo va a ser el presidente de mi país. 

Consiguió alterar las vacaciones de Navidad y Reyes Magos de los ujieres, diputados y periodistas del Congreso incrustando su investidura en un fin de semana vacacional. Cuando este martes ha obtenido por fin la investidura con la excusa de tener gobierno un con urgencia ante no sabe que peligros, va y de repente dice que va retrasar el nombramiento de los ministros de su gobierno Frankestein y no alega motivo de tal retraso, desatando toda clase de conjeturas.

Esta exhibición de cínica incoherencia adquiere sin embargo sentido cuando se considera el objetivo prioritario de Pedro Sánchez en esta vida, al cual supedita cualquier otro elemento, sea éste de carácter político, económico o moral. Su fin primordial en este mundo es disfrutar, manosear y ejercer el poder y todo lo demás, su país, sus conciudadanos, sus principios si algún día los tuvo, le importa un rábano. A partir de esta premisa, su comportamiento veleidoso y aparentemente errático cobra una perfecta consistencia.

El Sánchez del verano tenía razón: habrá dos Gobiernos estancos como había predicho, dos equipos de obediencia separada e intereses distintos. Y es sólo el principio. Todos los aprietos que va a pasar los pronosticó él mismo. Malas lenguas dicen que existe cierto malestar con Unidas Podemos por haberse filtrado los nombres de los componentes de su Gobierno, y el viraje no es mas que una demostración a su socio en el gobierno de "Quien va a mandar aquí".