El Congreso inicia su XIV Legislatura bajo el signo del esperpento como la anterior

Arranca la XIV Legislatura plagada de incógnitas. Ni la investidura, ni la gobernabilidad, ni la estabilidad están garantizadas. Congreso y Senado han quedado constituidos con órganos rectores dominados por la izquierda. 

La Cámara, la más fragmentada y polarizada de la democracia, acoge a un total de 16 partidos que conformarán, en principio, nueve grupos parlamentarios. Uno de ellos, el Mixto, con una veintena de escaños a repartirse tiempos de intervención y cuotas de iniciativas, busca ya alguna fórmula que le asegure una capacidad de actuación y una presencia suficiente.

El acto de constitución parece un calco de las anteriores, con los mismas frases vertidas en el acto de juramento dudosamente constitucionales por parte de los diputados de los partidos idependentistas o populistas, consentidas por parte de la Presidenta repetidora Meritxell Batet. Hace 15 años con el juramento sólo hacían el gilipollas un par de catetos vascos recién llegados a Madrid de provincias. Ahora ya hace el gilipollas el 60% del Congreso. Estos comportamientos ya han sido denunciados ante el Tribunal Constitucional por parte de Vox y PP

Las rencillas e incompetencia de los partidos de la derecha, la pelea por ocupar un sillón y el oportunismo del PSOE que ha conseguido finalmente una Mesa del Congreso con 6 miembros de la izquierda contra tres de la derecha, lo que ha evidenciado la maniobra y la falta de reacción del PP contra el afán de venganza de Vox que ha restado un miembro a Cs. en la formación de mesa, entrando en su lugar un miembro de Podemos no previsto. 

Otra cosa va a ser si finalmente Pedro Sánchez consigue formar gobierno. Ya anuncia que hasta enero que ERC no esté suficientemente macerada no va a ser posible. Que Sánchez esté dispuesto a deberle la presidencia a un delincuente como Junqueras y gobierne Navarra por la abstención de un terrorista condenado como Otegi es un bochorno. Y que además intente impartir lecciones de ética política y reparta carnés de demócrata roza ya el esperpento.

Mal empezamos.