Maduro está sentenciado y solo es cuestión de tiempo que pague por sus crímenes

Durante su aparición en en la "marcha por la defensa de la revolución", Nicolás Maduro se puso a bailar salsa con su esposa Cilia Flores frente a todo el público.

Lo que está haciendo Maduro con la ayuda humanitaria es un crimen execrable del que habrá que pedirle estrictas cuentas.

El presidente legítimo de Venezuela, Juan Guaidó, sigue tratando de hacer llegar la ayuda a su pueblo desde el lado colombiano con la colaboración del Gobierno de Bogotá y el respaldo de la mayoría de las democracias iberoamericanas, que están tratando de que el criminal Maduro pierda toda esperanza de mantenerse en el poder.

Los amigos de Venezuela quieren que la ayuda llegue a los más necesitados por medio de "camiones venezolanos, conducidos por venezolanos y acompañados por venezolanos", como ha señalado el representante de la Comisión de Seguimiento Miguel Pizarro en respuesta a las absurdas acusaciones de injerencismo proferidas por el chavismo. Pero Maduro y su banda de narcogenerales están empeñados en evitar a toda costa la llegada de una ayuda que pondría aún más en evidencia la catástrofe humanitaria provocada por el socialismo chavista.

El tirano que ha terminado de hundir a Venezuela en la miseria ha sobrepasado todos los límites con su decisión de impedir que la ayuda humanitaria internacional llegue a su país. Los camiones con los alimentos de primera necesidad y las medicinas que los venezolanos necesitan para sobrevivir han sido retenidos en cuatro puntos fronterizos por el Ejército y los gangs de matones al servicio del chavismo, que no han dudado en abrir fuego contra gente absolutamente desesperada.

Lo que está haciendo Maduro con la ayuda humanitaria es un crimen execrable del que habrá que pedirle estrictas cuentas. Su progresivo aislamiento internacional quedará nuevamente de manifiesto este lunes en la reunión que celebrará del Grupo de Lima, de la que tomarán parte Guaidó y el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, entre otras personalidades. De ahí debería surgir un llamamiento formal a la comunidad internacional para que acometa una intervención que permita a los venezolanos acceder a la ayuda humanitaria y acelere el final del aberrante régimen bolivariano, que en España sigue contando con el ominoso apoyo de la izquierda más indecente.

El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, advirtió este domingo de que España no apoyaría una intervención militar extranjera en Venezuela y condenaría esta acción. No olvidemos nunca, que Pablo Iglesias e Iñigo Errejón entre otros, hicieron posible su proyecto político podemita, gracias al dinero manchado de sangre que recibieron de la dictadura venezolana, esa a la que apoyaban en público hasta hace muy poco tiempo, que tomen nota todos esos escasos pardillos que aún les apoyan.

Venezuela es un país rico en recursos naturales que tiene grandes posibilidades de resurgir de sus cenizas, para ello, solo es necesario, apartar del poder a su tirano, ese que se mantiene gracias al apoyo de 22.000 cubanos enviados por el régimen comunista de la isla, y por una cúpula militar que se alimenta del narcotráfico. Este fin de semana hemos visto a los chavistas quemar camiones de ayuda humanitaria que llegaban a Venezuela ante la desesperación del pueblo venezolano. Hombres, mujeres y niños asesinados a sangre fría por salir a las calles a protestar contra Maduro.

En la actualidad, existe una clara unanimidad, existe un gran clamor en la sociedad venezolana pidiendo comida, medicamentos y libertad, por mucho que Maduro incremente la represión en los pasos fronterizos, impida la entrada de la ayuda, y hasta incendie los camiones, el dictador está sentenciado, y es solo cuestión de tiempo su caída, y por supuesto, que sea juzgado por un tribunal penal internacional por todo el mal que ha infringido a su pueblo.