Pedro Sánchez ¿Ahora España? ... o ya se verá?

El PSOE de la mano de Pedro Sánchez ha dado este fin de semana un giro de 180 grados con respecto a la campaña electoral anterior y abandona los seis meses de progresismo de izquierda. En un ejercicio de funambulismo político pretende ganar las elecciones abrazándose a lo que ha estado traicionando (o simulando traicionar, ya se verá) a todos los que habían sido sus aliados hasta el día de ayer.

Con tal de mantenerse en el poder, Pedro Sánchez es capaz tanto de llegar a los más ominosos acuerdos con el separatismo como de envolverse en la bandera de España y venderse como el más ardoroso defensor del orden constitucional en Cataluña, esa Cataluña devastada por los golpistas que le instalaron en la Moncloa. Ahora, con las elecciones generales del 10-N a la vuelta de la esquina, se saca de la manga el eslogan "Ahora España" y proclama categórico que, aun estando en funciones, no ve "ningún problema" en aplicar el artículo 155 en el Principado.

En un discurso durante la tradicional Fiesta de la Rosa de los socialistas catalanes en la pineda de Gavà (Barcelona), Sánchez anunció que defenderá la Constitución, el Estatuto de autonomía catalán, a los jueces y a los fuerzas y cuerpos de seguridad, desde los Mossos a la Policía Nacional y la Guardia Civil, a quienes agradeció su trabajo.

El PSOE ya “no se avergüenza de la palabra España” y la escoge para pivotar su campaña. Sánchez reivindica que su partido es el único que lleva la E de España en sus siglas: “La España que amamos” Al mismo tiempo el candidato socialista no ha dudado en apropiarse de todos los avances sociales que ha vivido España desde la Transición. 

Para ello, Sánchez ha reivindicado su implantación en todo el territorio nacional -en alusión a otros partidos que son residuales-. “Somos la fuerza que vertebra España. Podemos hablar en nombre de España porque estamos presentes en toda España”, ha dicho el líder socialista, para apuntar inmediatamente: “Podemos hablar en nombre de Cataluña, porque somos la esencia de Cataluña”. (toma ya). En este punto, Sánchez ha criticado que los independentistas “llevan mucho tiempo equivocándose” y les ha reclamado “que no cometan el peor error de todos, que no jueguen con fuego y que condenen la violencia”.

Sánchez aseguró el domingo que si el independentismo catalán «vuelve a quebrar el Estatuto de autonomía, el Gobierno responderá con serena firmeza para garantizar la convivencia, la integridad territorial y la soberanía nacional» de España.

Atrás quedan etapas en las que los socialistas evitaban esta reivindicación abierta para no agraviar a otras sensibilidades, en especial en lo relativo a Cataluña. Cabe recordar -por ejemplo- que, en su día el propio Sánchez quitó el escudo y la bandera españoles de un tuit en catalán en recuerdo a las víctimas de los atentados de Las Ramblas. Ahora, sin embargo, la pugna por el centro que se dispone a librar de cara al 10-N obliga a envolverse en España y en la Constitución, en esencia, en lo relativo al desafío soberanista. 

Con tanto movimiento, a Rivera que se ha mantenido firme, lo acusan de "veleta" cuando es Sánchez el que lleva años montado en el tiovivo permanente según su conveniencia, va a ser su adversario a causa del odio personal entre los dos, en cuanto a los nacionalistas ya ha descubierto que son sus enemigos, lo que queda de Podemos mas la cabeza de Errejón al cubo de la basura. Solo le queda el PP para negociar un gobierno si logra ganar sin mayoría. (algo probable).

La campaña se presenta divertida.