Bienvenidos a la república bolivariana de España

Lo contemplado ayer en Congreso durante la sesión de control al Gobierno es el preludio  de lo que probablemente nos tocara soportar a los españoles mientras dure su legislatura por parte de un gobierno dispuesto a mentir, ocultar y probablemente llevar a cabo las mayores iniquidades en contra de la democracia. 

La canallada se consuma, como la mayor parte de las que va a hacer este Gobierno, por la puerta de atrás, sin dar la cara ni asumir su costo, pero el hecho es que España ya ha cambiado de política respecto a Venezuela. 

El esperpéntico sainete de Ábalos por las pistas y salas vips de Barajas ha acabado por dejar las vergüenzas al aire de la conversión del Gobierno sanchista-podemita en el avalista mayor y cómplice de la dictadura venezolana con Rodriguez Zapatero como embajador plenipotenciario. Hoy tanto Sánchez como Ábalos han dejado ya patente en el Congreso el vuelco: España ya pertenece al eje bolivariano de las dictaduras iberoamericanas.

El desliz de Sánchez degradando a Guaidó al que no quiso recibir, que ni siquiera ha condenado las agresiones sufridas por él y sus acompañantes a manos de una turba chavista al regresar a Venezuela.  y nombrarle como líder de la oposición cuando hace un año el mismo lo había reconocido como Presidente legítimo de Venezuela nos indica un viraje de 180 grados en la política exterior de este gobierno. 

El posterior viaje de Zapatero para rendir pleitesía al régimen de Maduro nos reafirma la existencia de vínculos inconfesables ahora reforzados por la presencia de Pablo Iglesias como vicepresidente en este gobierno.. No puede olvidarse que sus socios podemitas se criaron allí a sus pechos y dineros, tuvieron despacho y cargos, ejercieron papel de dirigentes y asesores y siguen siendo sus aliados y su correa de trasmisión y propaganda. 

Se han asumido las tesis de Zapatero, que, no contento con haber hundido nuestro país, ahora quiere dejar también una huella amarga al otro lado del Atlántico, no cabe ninguna duda de que a cambio de muchos millones de ese dinero, manchado de sangre y coca, que maneja el régimen de Maduro.