El "Picnic" de Puigdemont en Copenhagüe

Carles Puigdemont pronunció un discurso ante los asistentes a la inauguración. 

Carles Puigdemont, viajó este miércoles hasta Copenhague para inaugurar la nueva embajada del Govern en esta ciudad. Una oficina, quiere el Govern, para intensificar su relación económica con los países nórdicos. Pero apenas un centenar de personas lograron llenar un coqueto patio interior. La mayoría, residentes catalanes en la capital danesa. No asistió ningún representante político destacado de los países nórdicos. 

Allicortó salchichón de Vic y descorchó su vino con denominación de origen para atraer a su causa independentista a Dinamarca. Se notan los recortes del presupuesto. Conquistar a los nórdicos por el estómago. Y también con la música de Lluís Llach. Y los castellers -castillos humanos-. Producto 100% catalán, de raíces profundas, en un esfuerzo en vano. Cero guiños. Un revés al procès a sólo un mes de la fecha señalada para celebrar el referéndum.El objeto de este acto político, vestido como herramienta para favorecer las relaciones comerciales y el turismo, era lograr un respaldo in extremis internacional a su proceso secesionista. Una credencial de relaciones internacionales. 

Puigdemont, que viajó en compañía de su conseller de Asuntos Exteriores y Relaciones Institucionales, Raül Romeva, no la logró. Apenas algún diputado nórdico raso -de Dinamarca y Suecia-, según la Generalitat, y el encargado de Negocios de la embajada española. Como ha ocurrido en anteriores ocasiones el Gobierno danés ignoró la visita de Puigdemont, pese a que la Generalitat solicitó una entrevista con el ministro de Exteriores. No concedió a Puigdemont la foto que buscaba. Este miércoles en Dinamarca, no se comió salchichón ni se bebió vino catalán. Este acto, cuyo trasfondo era internacionalizar el referéndum, no concitó interés. Ni presencia política destacada.

La sede de la delegación del Govern para los países nórdicos comparte edificio con Qatar Airways. Está en un barrio donde convive con la embajada de Portugal, Suecia, Finlandia, Ucrania, Venezuela... todas ellas con su bandera izada. Para encontrar la denominada embajada catalana hay que mirar el cartel de la puerta o se corre el riesgo de pasar de largo. Nada de bandera visible. Un tranquilo barrio de Copenhague donde nadie repara en la presencia de la embajada catalana. En los restaurantes de los alrededores ignoran su existencia.

El evento, que ha tenido lugar en el patio del edificio que acoge la nueva delegación, ha contado con la presencia del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, que ha aprovechado el discurso para reivindicar la buena gestión que han llevado a cabo durante los atentados y ha asegurado que Cataluña está preparada. "La respuesta de la policía catalana en el ataque terrorista que Barcelona sufrió hace dos semanas demuestra cómo de preparados estamos a asumir nuestras responsabilidades" aseguró Puigdemont.

En el acto también ha participado el conseller de Exteriores, Raül Romeva así como la delegada del Govern en los países nórdicos, Francesca Guardiola. El evento ha contado con una exhibición de pilares de los "Castellers de Copenhague" y recitales de música y poesía.

Puigdemont inaugura en la intimidad su 'embajada' en Dinamarca