CIU en el principio del fin de Artur Mas

En una campaña electoral para los ayuntamientos donde ha visto que los principales ahora bajo su poder en Cataluña van a pasar a a manos de otros partidos, especialmente ERC en poblaciones de pequeñas dimensiones, CiU no aspira a conquistar ninguna alcaldía relevante. Las encuestas también reflejan la falta de fuelle de los nacionalistas en la zona más poblada de Cataluña y sólo le dan alguna posibilidad en la segunda corona metropolitiana. CiU ha pasado de pedir una victoria para afrontar el proceso soberanista a afirmar que las elecciones municipales son sólo eso, municipales y que lo verdaderamente importante se va dilucidar el 27S.

¿Qué ha pasado para este cambio de tercio en apenas siete días de campaña? Muy fácil. En Tarragona, CiU se hunde. En Lérida no avanza y en Barcelona su mayor fuente de financiación, la mayoría no será soberanista. Sólo Gerona será el reducto convergente. Es más, el área metropolitana de Barcelona –y Tarragona- dará la espalda a Mas con avances de .otras formaciones mucho mas radicales y contrarias al soberanismo. Con estas previsiones, no sorprende que Mas “el soberanista” haya decidido volver a la normalidad. Una nueva derrota hará imposible que el 27 de septiembre se convoquen elecciones donde se producirá el punto y final a una aventura sinsentido que dejará a miles de personas frustradas. Lo mas probable salvo sorpresa de última hora esperará a finalizar la legislatura que será sinónimo de finalizar su carrera política.

Mientras CIU está pensando en la posibilidad de un nuevo candidato para 2016 Por esto se está dedicando a llamar la atención con declaraciones extemporáneas o recursos que no van a ninguna parte para que sus cada vez mas radicalizados y exiguos seguidores no les entre la depresión al ver que quince de sus sedes han sido embargadas judicialmente por el caso Palau.

Por esto  Mas está sacando conflictos de la chistera como el de las esteladas (bandera independentista), instando a sus alcaldes a no retirar las estelades de los balcones de ayuntamientos y centros oficiales. A una decisión lógica de la Junta Electoral que no tendría discusión han decidido presentar un recurso ante la resolución de la Junta Electoral Central (JEC) contra las "estelades en el que sostiene que la institución se ha "excedido" en sus competencias y vulnera derechos fundamentales como la libertad de expresión. Sostienen que la "estelada" "no es contraria a la descripción de la bandera española, ni es contraria al reconocimiento estatutario de ninguna comunidad autónoma", por lo que "no puede ser considerada una bandera ilegal", como si no existiera una bandera que simboliza a toda la región que es la senyera, sin añadidos triangulares con estrella, sean del color que sean.

O la acusación de chivatazo a los yihadistas por parte de la Policia Nacional abortando una operación de los Mossos de Escuadra, cuando el terrorismo internacional es un tema de Estado y que no es más que el enésimo conflicto surgido entre los distintos mandos políticos policiales.

O la manifestación xenófoba en Mataró de esta última semana, marcando a todo aquel que desee que sea aplicada la enésima sentencia sobre la educación en español.  El nacionalismo en Cataluña ha creado un fuerte sentimiento identitario catalán que ha convertido en prioritario la eliminación de cualquier signo español empezando por aquel más potente, la "invasora" lengua castellana. La serpiente del nacionalismo ha incubado un huevo cuyo contenido al abrirse se presenta como un camino de incierto retorno.