Delcy, la princesa de Zapatero, al asalto de Europa.

La cooperación del PSOE en la tala que la izquierda hace de las libertades en Hispanoamérica la hizo evidente el bobo solemne a la vista, ciencia y paciencia del patriota de hojalata, aunque empezó mucho antes, en los tiempos del hoy absurdamente añorado Felipe González. Hoy es aún peor porque Sánchez, desde La Moncloa, y Borrell desde Bruselas, boicotearon el plan USA que tenía por objetivo devolver la democracia a Venezuela. Poco faltó para que Maduro abandonara el país y dejara a los venezolanos recuperar sus derechos civiles. No lo hizo gracias entre otras cosas al PSOE. No se sabe cuánto dinero ha salido de las empobrecidas arcas venezolanas para pagar tan ruines servicios, pero quizá el socialista Raúl Morodo, imputado por sus cobros ilegales cuando fue embajador de España en Venezuela, pueda darnos una cifra.

Delcy Rodríguez, número 2 del régimen venezolano, ha pasado estos días por Bruselas. Allí, bajo la presidencia europea de Pedro Sánchez, se celebra la cumbre UE- CELAC. Delcy tiene su entrada prohibida en espacio Schengen y forma parte de la lista negra que elabora la DEA de EEUU. En la recepción oficial, Sánchez se ha distinguido del resto de mandatarios europeos y ha recibido a la dirigente del régimen con un par de besos.

La relación de Delcy con los líderes socialistas españoles es bien conocida; ella llamaba cariñosamente a Zapatero, "mi príncipe". A Delcy se la relaciona directamente con la represión, torturas y violaciones de los derechos humanos cometidos en Venezuela.