El relevo generacional del PP vasco
Dentro del PP vasco esta semana se ha visualizado la gran crisis
interna existente en su seno con la salida de varios de sus principales de sus
baluartes como Ortega Lara, Santiago
Abascal para fundar el nuevo Vox o el pase a la reserva de Mayor Oreja. Los
colectivos de víctimas del terrorismo están de uñas contra el PP por su política
laxa ante los continuos desafíos de los seguidores de ETA a través de sus
franquicias llámense Bildu, Aralar etc. El último espectáculo fue la foto de
los matarifes recién liberados de la cárcel en el matadero de Durango lo que ha colmado el vaso. Hay un gran
nerviosismo entre sus actuales dirigentes que preparan un congreso
extraordinario donde se pretende refrendar a Arantza Quiroga como presidenta.
Desde la salida de la presidencia de María San Gil el PP vasco y gracias a una política de ambigüedad
con las franquicias de ETA sin un mensaje claro territorial con España, ha
estado dando bandazos que les ha reportado la pérdida de más de la mitad de su
electorado natural.
Poco a poco Arantza Quiroga se va sintiendo fuerte políticamente.
Desde que Antonio Basagoiti le dejara al mando del PP vasco ha ido
paulatinamente ganando influencia. Primero, haciendo de portavoz del partido a
nivel nacional en fin de semana, después introduciendo su mensaje y,
finalmente, diciéndole al presidente Rajoy cuál debe ser la hoja de ruta en el
País Vasco.
A primeros del mes de marzo, Quiroga será refrendada como
presidenta de los populares vascos en un congreso extraordinario que fue
demorado hasta que se viera con la fortaleza interna suficiente. En San
Sebastián estará Mariano Rajoy para darle su apoyo explicito. Si
bien, esta semana ha marcado un punto de inflexión para ella, convirtiéndose en
el referente oficial frente a las voces críticas.
Este mismo mes de enero, el presidente la recibió en la
Moncloa para abordar la situación del País Vasco de forma discreta. Quiroga
habla de poner en marcha una "operación" para liderar el fin de la
banda terrorista, y para ello cree que Rajoy e Iñigo Urkullu tienen
que ser cómplices e ir de la mano. Así se lo dijo al jefe del Ejecutivo, al que
le reclamó que se reuniera con el lehendakari -cosa que podría haberse
producido ya o se llevará a cabo en breve-.
"Hay que tener altura de miras", suele decir. Y
para vender su discurso cada vez tiene más apariciones públicas y entrevistas
en medios de comunicación. Rajoy confía en ella, y le escucha y aborda la
política antiterrorista como antaño hacía con Basagoiti, a pesar de que en
las distancias cortas ambos son diferentes. El rifirrafe entre las nuevas y las viejas glorias del PP y este cambio generacional ha sido bendecido por el diario proetarra "Gara" y a la nueva dirección de PP ha sido defendida en su rifirrafe con San Gil por la portavoz de Bildu, Laura Mintegui
Quiroga es el nuevo referente del PP frente a viejas
glorias. Así lo entienden no pocos cargos consultados tras una semana de
convulsión previa a la convención nacional, que da inicio este viernes, y en la
que participa para hablar de la "España plural". Ella ha replicado
con crudeza a María San Gil y ha minimizado la renuncia de Jaime
Mayor Oreja y el portazo de José María Aznar. Ella fue, por cierto, la que
decidió no acompañar al expresidente a un acto con víctimas que a finales del
año pasado tuvo en el País Vasco.
No todos en el PP confían en ella. En 2008, "fue de las
primeras en criticar a San Gil", deslizan algunas fuentes. Su silencio en
el Comité Ejecutivo monopolizado por la reforma de la ley del aborto fue muy
comentado: Quiroga es católica confesa y próxima a la Obra, pero no salió en
apoyo a la reforma de Alberto Ruiz Gallardón. Pero lo que más preocupa
internamente es una "deriva" como en Cataluña. "Como haga como
Alicia -Sánchez Camacho- nos pasará como allí, que cada vez seremos más
insignificantes. Y eso es lo que parece que quiere con tanto guiño al
PNV", según la reflexión de un histórico del PP.
Es conocido que su relación con Mayor no es la mejor, como
tampoco con el hoy eurodiputado Carlos Iturgáiz; ambos antiguos jefes de
filas. "Hay relevo", sentenció. "Unos se van y otros siguen.
Unas veces estás y otras no, y no pasa nada. Es ley de vida", insistió. habrá que ver hacia donde va a ir el PP vasco en esta nueva aventura, creo "estrafalaria y extrema" como acusó ayer en Valladolid a los de Vox, Dolores de Cospedal.
Quiroga tiene un gran apoyo en Iñaki Oyarzabal, su número
dos en el País Vasco pero con un cargo clave en Madrid: es el representante del
PP ante las víctimas del terrorismo en calidad de secretario de Libertades
Públicas y Justicia de la formación a nivel nacional. También en Borja
Sémper, su escudero en el Parlamento de Vitoria. Pero aún más
importante, Rajoy entiende que ella es la nueva imagen del partido.
Juan Miguel Gimenez Miranda
ResponderEliminarArreglados vamos. Rajoy mediocre
Maria Reverte Pozo
ResponderEliminarAaaagggggg!
Maria Jesus Fernandez
ResponderEliminar¿ Y de neuronas?. Jóvenes si. Y tontas: también.
Goliath Elías Alvarez Perez
ResponderEliminarEs un relevo dedocrático de bajo perfil, más dúctiles, manipulables y manejables.
Han cambiado valores, ideología e ideales, por pasta.
Goliath Elías Alvarez Perez
ResponderEliminarRelevo generacional puesto a dedo. Han mutado valores, ideales y programa por serviles palmeros al dictado que cobran puntualmente su soldada, son simples mercenarios al servicio del poder establecido.
Paco Mahbes
ResponderEliminarRajoy, cómo muchos de los integrantes del PP sufren de "centritis", cuando en España, hace muchísima falta un partido de derecha totalmente democrático y con las ideas muy claras. Hoy por hoy, el PP no es ese partido.