El ocaso del “Campeón”
En noviembre de 2011, en pleno fragor de la campaña
electoral Carmen Lomana pregunto a Perez Rubalcaba: ¿Pondría la mano en el fuego
por José Blanco?, fue otra pregunta que suscitó gran interés. «Sí». Rotundidad que explicó: «Creo que como
el tema está en manos de la Justicia y sólo conocemos algunos detalles de un
empresario que está en la cárcel y cuenta no sé qué cosas, vamos a dejar que
los jueces actúen». Fue más allá: «Se trata de un caso electoral. Si no
estuviéramos en elecciones, estaríamos viendo las cosas de otra manera. Y le
diré más: «Cuando pasen, las veremos de otra forma porque sé que José Blanco no
ha hecho nada». De la misma manera se había expresado frente a los padres de "Pepiño" en un
mitin en la provincia de Lugo.
Las cosas han cambiado mucho desde entoncesy ahora se ha
sabido de su probable imputación Y asiste, no sin cierto asombro, al despego y
la frialdad de los suyos. Lo hizo ayer Rubalcaba y lo ha visualizado la
vicesecretaria general del PSOE, Elena Valenciano, que ha evitado posicionarse
respecto a la situación de Blanco. “Vamos a ver qué es lo que hace finalmente
el fiscal y cómo se resuelve esta situación, porque quedan muy pocos días y
merece la pena esperar”, decía en Radio Nacional. “Tenemos plena confianza en
la Justicia y, cuando acabe su tarea, tendremos un juicio más exacto”, añadía.
“Ahora mismo no está sentado en el banquillo”. Nada de proclamar solemnemente
su inocencia, nada de poner la mano en el fuego por él. Demasiadas distancias.
Lo cierto es que siendo inminente su imputación por uno de
los tres casos que está incurso Blanco sigue sin dimir aferrado a las ventajas por
partida doble que da su situación como diputado de a pie y miembro de la mesa
del Congreso.
José Blanco fue en su día un personaje emergente. Primero
como factótum del PSOE, en su calidad de secretario de organización, en
aquellos años en que el primer secretario, José Luis Rodríguez Zapatero,
residía en La Moncloa y por tanto se ocupaba bastante poco del día a día de la
formación. Pero sobre todo saltó a la fama cuando le colocaron al frente de un
ministerio estrella entonces, el de Fomento, donde manejó grandes proyectos de
obra pública, presidió inauguraciones y visitó media España. Eran los tiempos
del dinero sin fin. Fue entonces cuando encargó una espectacular mansión en Las
Rozas, en la que agasajaba a amigos, admiradores y cortesanos que le bailaban
el agua.
Ahora, sin embargo, José Blanco empieza a sufrir el suplicio
del olvido, y el más amargo aún de la soledad. De factótum de partido, con todo
el poder en sus manos, de aclamado ministro inaugurador de obras faraónicas,
cortejado por autonomías, ayuntamientos y grandes constructoras, ha acabado en
la ominosa condición de imputado.
El ex ministro está a punto de ser imputado en el caso
Campeón, por un posible delito de tráfico de influencias. Le investigan, entre
otras cosas, por interceder ante algunas autoridades en favor de su amigo José
Antonio Orozco, vicepresidente del Grupo Azkar, para que consiguiese la
instalación de una nave en Sant Boi (Barcelona).
Así que ahora nadie es amigo de José Blanco. Y son muchos
los que incluso tratan de negar que le conocen. Y eso que la pasión de José
Blanco posiblemente no ha hecho más que comenzar.
Joaquin Martin Manresa
ResponderEliminarSujéto ,pócos como este me producen un enorme recházo
Felix Curruscuchu
ResponderEliminarRubal puso la mano en el fuego y parece que esta abrasando, veremos a ver si es tan honrrado como èl decia.
ResponderEliminar"Yo confio plenamente en la justicia "
Y la frase completa para que pueda entenderse es....
"Yo confio plenamente en la justicia que tengo comprada por que el juez sabe que como no me absuelva no vuelve a ejercer ni como limpiabotas"
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PepePun de Vigo
ResponderEliminarCorruto hasta la médula
Todos sabemos que Pepiño es corruto hasta la médula. ¿Cómo ha conseguido tanto patrimonio en tan poco tiempo: chalet de 1 millón de euros, piso de veraneo en la costa, colegios privados de 1000€/mes...? Y encima sigue chupando del bote como diputado. Ni tiene la verguenza de dimitir.
Silvia Susana Munafo
ResponderEliminar¡Aleluya! ¡Aleluya! ¡Aleluya! A todo cerdo le llega su San Martín.
Jose Villar Campuzano
ResponderEliminarPepiño el de los "corrutos" jajaja cara duraa
Carlos Ruiloba Gutierrez
ResponderEliminarOtro que tal baila...
Rosa Ruiz
ResponderEliminar¡¡que le den ...!!
Alberto Olivera Muxí
ResponderEliminarEL CAMPEON FRACASADO PERO COMO LOS DEMAS POLITICOS SE SALVA POR LA CAMPANA
Maria Gloria Arnillas Marin
ResponderEliminarpor finnnnn,imputado, y a cer cómo se defiende. por lo pronto sus compañeros no hablan mucho de él para defenderlo.
Luis Rivero Cantero
ResponderEliminarel rubalcava tenia que estar en el hospital virgen del rocio, con las manos vendadas por quemadura del 110% ,con el asunto del pepiño.
Maite De Bustos Sigüenza
ResponderEliminarA ver si puede ser que le veamos sentado en el banquillo y luego entre rejas.