¡¡¡Es el modelo de Estado!!!
"Rescate si, rescate no,
rescate si, rescate no, rescate…rescate…".
Por fin Mariano Rajoy ha
comparecido en una rueda de prensa distendida para intentar explicar los temas
económicos que nos preocupan. Y ha manifestado su intención de no tener que
tomar nuevas medidas en materia de recortes y no tener que aumentar impuestos
salvo retocar plusvalías y retocar los impuestos sobre carburantes. En otros temas
como su postura ante el separatismo, terrorismo etc. sus silencios han sido tan o mas
importantes como las respuestas ofrecidas por aquello de que ahora no toca se
limitó a explicar su visión sobre la economía.
Los problemas de comunicación que
padecen él y su Gobierno son tan graves, que el propio Rajoy ha reconocido en
un par de ocasiones durante la entrevista, lo que genera cierto escepticismo es
la enorme distancia que cualquiera puede ver entre el discurso que mantiene el
presidente y la realidad de su gestión.
El rescate y la prima, la de
riesgo, están tan presentes en la vida de los españoles, que hasta en cualquier
tertulia se producen discusiones acerca de si conviene o no pedir el rescate,
cuáles serían las condiciones que se impondrían en caso de mediar petición y
hasta dónde puede llegar el esfuerzo de los españoles para salir de la
situación en la que nos encontramos.
Si algo ha demostrado esta crisis de forma palmaria es que la actual
estructura del Estado de las Autonomías es financieramente insostenible y
políticamente perniciosa. Los contribuyentes no pueden permitirse por más
tiempo el lujo de mantener diecisiete miniestados, con sus respectivos parlamentos,
organismos y entramados empresariales.
Sinceramente, mi inquietud sobre
la petición de rescate está muy en segundo lugar; sin embargo, sí me angustia
la urgente necesidad de medidas para que la capacidad de amortizar nuestra
deuda deje de ser una utopía. Ahora bien, si la única forma de romper la
tibieza para implantar, con la dureza necesaria, las medidas encaminadas a
lograr el equilibrio de las cuentas públicas, primero, y reiniciar el
crecimiento de nuestra economía, después, es pedir el recate, bienvenida sea la
petición.
El gran Mariano Rajoy todavía no tiene claro si le interesa solicitar su
adhesión al plan de auxilio del BCE dado a conocer por su presidente, Mario Draghi. A España, dadas las
circunstancias, parece claro que le beneficiaría garantizarse esta fuente
indirecta de financiación pero parece
que lo que importa aquí es lo que conviene al partido en el poder.
La palabra rescate, sustantivo
eliminado de la jerga política del gobierno, tiene unas implicaciones tan
severas en el imaginario de una sociedad infantilizada como la nuestra, que muy
bien podría fastidiar las esperanzas del PP en las dos importantes citas
electorales que se avecinan, y aun en las europeas y las generales, más
distantes en el tiempo.
Nada se ha hecho de lo que se
debe hacer, ni se ha reformado nada de la manera que se hacen los negocios –los
ricos no pagan impuestos, las grandes empresas pagan la mitad de lo que
teóricamente les corresponde y los grandes delincuentes empresariales o no son
procesados, o en los casos extremos, si son procesados y condenados, son
indultados por el gobierno– y menos aún se ha controlado el despilfarro masivo
dinero público con las regiones y los ayuntamientos -completamente fuera de
control- y el sistema financiero, en situación desconocida. Y Rajoy ni sabe ni
tiene ni la más mínima intención de hacer nada.
Claro que el primer premio
corresponde al líder de la oposición, Sr.
Rubalcaba, responsable principal
junto con Zapatero de la ruina de España, que ha encontrado la solución a todos
nuestros problemas: por tercera vez los socialistas anuncian “una
gran reforma fiscal” –¡hombre, no iba a ser una pequeñita!– y ¡cómo no!
la enésima “ley de sostenibilidad social y de los grandes expresos europeos”.
Rubalcaba tenía un arma secreta. “Les digo a los europeos que los socialistas
no aceptaremos ni un recorte más”, o sea seguir gastando el doble de lo que se ingresa y la diferencia que
la pongan los alemanes y el BCE sin condición ni límite alguno, y además, los
140.000 millones de deuda que vencen anualmente. ¿Pero cómo no se nos
habría ocurrido antes?
Es nuestro modelo de Estado, que
constituye una completa anomalía en el panorama internacional, precisa de una
reforma urgente y profunda y de ello tampoco hablo Rajoy. O bien se centralizan
gastos e ingresos, o bien se descentralizan; pero lo que resulta del todo
inaceptable es un sistema en el que, por regla general, se premia a las
regiones que despilfarran mientras se detraen recursos de las más prudentes y
ahorradoras.
Lo normal sería adecentar las
finanzas públicas, eliminar los costosísimos organismos derrochadores, mejorar
la fiscalidad de empresas y familias, y, finalmente, en caso de que esas
reformas no fueran suficientes, solicitar la ayuda financiera de las
instituciones continentales "con la frente alta y la mirada
limpia". Pues no, señor. El proceso aquí se embarulla de tal
manera que, tras unos recortes cosméticos en el área administrativa, se procede
a subir los impuestos a todo el mundo, a ver si con estos gestos epidérmicos
los responsables del BCE nos solicitan cortésmente permiso antes de enviarnos,
como premio por lo bien que lo hacemos, un dineral.
Siguen siendo muchas las partidas presupuestarias de las que se puede
recortar sin afectar al bienestar de los españoles, pero el tiempo pasa y
el esfuerzo que todos entienden que hay que hacer para salir de una situación
en la que nos metieron los que nos precedieron está llegando al límite.
Todavía, las únicas medidas perceptibles
son las que se traducen en una disminución de la renta disponible de los
españoles –aumento del IRPF, aumento del IVA y aumento de los impuestos
especiales (tabaco, alcohol, carburantes, etc.)–, pero nada se detecta en lo relacionado con la contracción del gasto
ineficiente e innecesario de las administraciones públicas. ¿Serán las
condiciones del rescate lo que venga a resolverlo? ¡Ojalá!
Nuestro modelo de Estado, que constituye una completa anomalía en el
panorama internacional, precisa de una reforma urgente y profunda. O bien
se centralizan gastos e ingresos, o bien se descentralizan; pero lo que resulta
del todo inaceptable es un sistema en el que, por regla general, se premia a
las regiones que despilfarran mientras se detraen recursos de las más prudentes
y ahorradoras.
Sólo nos queda por conocer en qué
momento Rajoy aceptará esta realidad que tanto le incomoda. En sus manos estaba
evitar el sofoco fumigando con napalm los nidales autonómicos, pero ha
preferido preservarlos aun a riesgo de convertirse en el presidente de un país
rescatado.
Miguel Fernández
ResponderEliminarOtro Casares Quiroga, que no ve la rebelión, que no ve la sublevación (le llama "algarabías"), que no ve lo que viene... o que no quiere verlo. Se va a encontrar con un desastre de nivel histórico, o nos lo va a dejar para nosotros.
Laura Fanny Ferrer
ResponderEliminarantes nos exprimen como naranjas a los ciudadanos de a pie, que ellos renunciar a sus prebendas.....
Laura Fanny Ferrer
ResponderEliminarno caerá ésa breva Xavier, interesa entramparnos hasta las cejas y que el ciudadano de a pie, esté lo suficiente ahogado que no se pueda mover ni rechistar. La deuda es una gran trampa.
ResponderEliminarJuan Ruiz Ruiz
Laura Fanny Ferrer ; ya nos han exprimido y continuaran haciéndolo: Los intereses generales a los que se refiere esta desgracia de presidente que tenemos, son los particulares de la casta, familiares y satélites. Claro, como miente -¿a quien me recuerda?- con esa naturalidad, cuando lo dice ni siquiera titubea.
Antonio José Pérez Sanchez · Granada
ResponderEliminarMucha palabreria y buenas intenciones pero queremos empezar a ver resultados ¡¡ ya !!
Marcial Rico Migueltesorillo Facultad de empresariales Jerez de la Frontera
ResponderEliminares.scribd.com/doc/19198567/Confesiones-de-Un-Ganster-Economico En este libro se habla del truco de endeudar un país hasta las cejas y luego obligarle a hacer recortes sociales, a votar lo que sea el la ONU. Me lo leí entero.
Angelica Fernandez
ResponderEliminarSIEMPRE VEREMOS LO MISMO: SE DESVISTEN A UNOS, PARA VESTIR A OTROS.......¡¡TRISTE PERO, CIERTO!!.
Juan Antonio Valdemoro
ResponderEliminarLa izquierda es un generdor de parados.
Alejandro Levent Oksit
ResponderEliminarEn el año 2012 en siglo 21 hay gente que no sabe que el muro de Berlin se a caido. Es triste.