El Rey de los tontos (Utiles)
Nadie es responsable de su apellido: lo heredaste de su
padre y no hay más que hablar. Te lo puedes cambiar si no te gusta, claro, pero
queda feo, es como echarles la culpa a tus antepasados de algo cuyo origen vete
a saber a cuándo se remonta. Hay a quien le encanta su apellido y hasta lo
encuentra premonitorio: si te llamas Botín, todo parece indicar que estás
obligado a presidir un banco o a atracarlo, que viene a ser lo mismo. Si te
llamas De España, estás negado de entrada para ejercer de independentista
catalán aunque hayas nacido en Barcelona, como es mi caso. Sí, claro, lo podría
alterar ligeramente –como ese alcalde de Arenys de Munt que se hace llamar
Ximenis, pero todo el mundo sabe que su apellido es Jiménez-, convertirme en
Ramon d´Espanya o, aún mejor, Ramon de l´Estat Espanyol o Ramon Estatal, pero
dudo que colara y, además, tampoco estoy por la independencia de mi querida
comunidad autónoma.
Se me podría haber ido la olla por el otro extremo y creerme la representación
de todos los valores patrios. Me podría haber convertido en un facha de
campeonato, reivindicar la figura del Caudillo y, ya puestos, elaborar un plan
para reconquistar las colonias de ultramar y devolverlas a la noble condición
de virreinatos, y ahora se me disputarían varios diarios liberales e infinidad
de tertulias no menos liberales. Pero he preferido encajar el De España como si
fuese un Pérez o un Martínez y limitarme a decir lo que pienso. Y así me va,
claro. En vez de seguir mi ejemplo, el número uno de Esquerra Republicana de
Catalunya para las elecciones generales celebradas ayer, Gabriel Rufián, ha
optado por tomarse su apellido de manera literal y comportarse a la altura de
las circunstancias que le marca su infame nombre. No hacía ninguna falta. Como
De España, Rufián puede llevarse cual Pérez o Martínez, pero a veces la puesta
en práctica de un apellido aporta beneficios a su titular.
Total, ¿qué hacía el señor Rufián antes de integrarse en ERC? Diríase que poca
cosa. Diplomado en Relaciones Laborales, las suyas han sido escasas y de poco
fuste: se declara mileurista y dice haber descargado camiones y ejercido de
currito en El Corte Inglés y H&M; ahora cobra el paro, en espera de ocupar
su asiento en el malvado congreso español, a donde acude, según él, para
decirle al opresor que se le acabó el chollo y que más le vale pactar
educadamente la independencia de Cataluña si no quiere meterse en problemas. Le
acompaña en tan heroica misión un viejo conocido del congreso, cuyos miembros
llevan tiempo soportando: ese simpático cavernícola llamado Joan Tardà que no
debe costarle al partido ni un euro en alojamiento, pues tiene toda la pinta de
dormir encaramado a un árbol del Retiro. Da gusto verlos a ambos en ese video
tan pinturero que se ha marcado ERC y que se titula State Wars: en este
ingeniosísimo homenaje a la saga de George Lucas, Rufián y Tardà interpretan
respectivamente a Luke Skywalker y Han Solo; Darth Vader es, claro está, José
María Aznar, que aparece nombrando heredero a Albert Rivera….Toda la sutileza y
el ingenio habituales de ERC se han aplicado a fondo en esta breve pieza
animada que, me temo, solo hemos visto en Cataluña.
La gracia de Gabriel Rufián es que habla fatal el catalán -¡otro éxito de la
inmersión lingüística!- y se expresa habitualmente en español, cosa insólita en
ERC, donde, al parecer, se han tragado el mantra rufianesco por excelencia: ¡El
independentismo en castellano es invencible! A Rufián lo han sacado de Súmate,
la asociación de independentistas castellanoparlantes que, en teoría, nada
tenía que ver con ERC (aunque luego se demostró, precisamente, que se la había
inventado y financiado ERC). Criado a los pechos de Eduardo Reyes –el ebanista
arribista cuyo profundo amor a Cataluña le ha permitido entrar en el Parlament,
aunque no aprender el idioma local, que se le sigue resistiendo cuarenta años
después de abandonar su Córdoba natal porque estar negado para los idiomas no
equivale a estarlo para el medro personal-, Rufián se lanzó a brillar con luz
propia en Súmate, y a punto estuvo de arrearle un sopapo a un compañero de
secta que no se fiaba de él (da la impresión de que las asambleas de Súmate son
como las reuniones de propietarios de La que se avecina). Aunque no se llegó a
las manos, nuestro hombre salió reforzado, y como siempre ha sobreactuado a
conciencia en su asco hacia la España que le vio nacer, ha acabado siendo
premiado con un escaño en el Congreso de los Diputados.
La verdad es que se lo ha ganado a pulso, pues lleva desde los inicios de su
brillante carrera atizando el odio a España con un entusiasmo superior al de
cualquier separatista pata negra. Rufián mira a Madrid y solo ve franquistas.
¿La constitución del 78? Según él, redactada por fascistas (y el pobre Solé
Tura que se revuelva en su tumba, si así le place). ¿El estado español? ¡Una
cárcel para los catalanes de bien! ¿El PP y el PSOE? ¡Partidos españolistas que
niegan a Cataluña el derecho a existir! ¿Podemos? ¡Unos engañabobos que
prometen un referéndum que nunca se llevará a cabo! ¿Ciudadanos? ¡Unos pijos de
mierda, unos imperialistas del copón, una pandilla de falangistas, la banda de
la porra, los destructores de Cataluña enfermos de auto-odio!.....Y así
sucesivamente.
Cabe la posibilidad de que Rufián, como su maestro Reyes, no sea más que un
jeta con ganas de comer caliente a costa de la neo patria, pero a mí me parece
mucho más sincero que el antiguo ebanista. Se le adivinan también algunas luces
más –no es muy difícil, por otra parte, ya que cualquiera que haya oído hablar
a Reyes habrá comprobado que no es que no tenga estudios, sino que no tiene ni
circunvalaciones en el cerebro- y, sobre todo, una gran habilidad a la hora de
enfocarlas sobre el objetivo adecuado. Rufián siempre dice lo que sus señoritos
y su parroquia quieren oír –ahí está en la línea del mayor tonto útil del
separatismo, el profundo pensador Ramón Cotarelo-, y no descarto que haya
llegado a creerse sus propias memeces. Más que nada, porque la sinceridad ayuda
a medrar y porque para salir de pobre puede uno creerse cualquier cosa, como
han demostrado previamente Antonio Baños o el citado Reyes.
Al nacionalismo le encantan los colaboracionistas, y Rufián es el mejor que han
encontrado hasta ahora. En Madrid lo van a crujir de mala manera, pero en el
congreso se cobra más que en El Corte Inglés y en el H&M, por supuesto.
Ramón de España
Jose Luis Drz
ResponderEliminarLa vidorra que se va a pegar este lerdo en Madrid, a cuenta del paganini español
Riseda David
ResponderEliminarestán viviendo su minuto de gloria...caerán por su propio peso...son muy burros
Antonio Munoz
ResponderEliminarEste tipo da nauseas....
Pedro Sansal
ResponderEliminarQUE ERES UN RUFIAN !!!! JAJAJA
Pedro Garcia
ResponderEliminarPayaso
Montse Piulachs
ResponderEliminarMerece la pena leerlo, para conocereis mejor al personaje. Sin comentarios. Que estais haciendo los de ERC incorporando a gente con este nivel?
Con personajes como este la ruina del pueblo esta consolidada .Lo que es incomprensible con la idea que tienen de separarse no o se porque quieren estar en en Congreso 8Buenoyo si lose y estostambien lo saben )
ResponderEliminares forrarse y no hacer nada , osea vivir como marajas a costa del pueblo
José Luis Parada Caballero
ResponderEliminarA ese "Caritas" que lo compre su madre y que lo pague en PESETAS que para eso se quiere separar. Por eso debe de tener su dinero en ANDORRA como muchos INDE PENDEJISTAS!!!!
Miguel Franco
ResponderEliminarEste se lleva la palma, nunca he oido a un tio tan analfabeto. Una completa vergüenza para los que creemos en la inteligencia humana, vamos.
Manuel González Martos
ResponderEliminarQue pena que a esta gente se le pague con dinero de todos.
Julia Vegal Palacio
ResponderEliminarY un solemne tonto del bote
Fany Ribas
ResponderEliminarPROCLAMADO POR UNANIMIDAD, JAJAJAJAJA¡¡¡¡¡¡¡
Julia Vegal Palacio
ResponderEliminarY un solemne tonto del bote
Jose Del Castillo Guzman
ResponderEliminarDefinicion de Rufian:Hombre vil y despreciable que vive del engaño y de la estafa.
Moises Sanchez Manzanares
ResponderEliminarlo has clavao