El saqueo de Andalucía 114 - Asociaciones de vecinos receptoras de subvenciones para cursos de formación
La creación de empresas con el único fin de ser receptoras
de Fondos europeos para la formación de desempleados, se ha visto incrementada
con la creación de todo tipo de Asociaciones especialmente de Vecinos, sin
ninguna otra actividad que han servido
de destinatarios de estas subvenciones. El hecho de utilizar este tipo de
organizaciones es que su rastreo por parte de Hacienda es casi imposible, ya
que no tienen la obligación de presentar sus cuentas anuales ni tributar
impuestos. Posteriormente el dinero era luego desviado a empresas o personas de
la órbita del PSOE.
La operación Edu contra el presunto fraude masivo cometido
en Andalucía con los fondos públicos para la formación de trabajadores
sigue diseccionando los más de 8.000 expedientes con este tipo de subvenciones
aprobadas por los diferentes Ejecutivos autonómicos socialistas entre 2007 y
2013, la duración del último programa del Fondo Social Europeo. Las
pesquisas siguen centrándose por ahora en la provincia de Málaga, pero los
agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) de la Policía y
los funcionarios del Servicio de Inspección de la Seguridad Social ya manejan
datos de otras demarcaciones que han puesto en el foco de la investigación subvenciones
sospechosas.
Los agentes de la UDEF están convencidos de que la presunta
estafa de la formación esconde la verdadera red clientelar del socialismo
andaluz. Las asociaciones de vecinos habrían jugado un papel decisivo en el
riego por aspersión de esos fondos públicos a cambio de respaldos electorales.
De hecho, los colectivos vecinales son una de las instituciones que más
fondos para cursos habrían recibido de la administración andaluza. Aparecen
decenas de ellas en las resoluciones aprobadas por la Junta para repartir estas
ayudas.
Conocer exactamente cuánto recibieron va a resultar más
difícil, entre otros motivos, porque al tratarse de entidades sin ánimo de
lucro no están obligadas a presentar sus cuentas en el registro mercantil.
Además, algunas asociaciones vecinales habrían recibido dinero por triplicado
en una sola convocatoria. Primero, como asociación; después, como asociación
integrada en una federación; y por último, como asociación integrada en una
federación que a su vez forma parte de una confederación. Sólo entre enero de
2009 y mayo de 2012, la Confederación de Asociaciones de Vecinos de
Andalucía (CAVA), que supuestamente representa a todos los colectivos
vecinales de Andalucía, ingresó subvenciones directas por valor de 683.000 de
euros para destinarlos a cursos para trabajadores.
Direcciones falsas
Lo que luego ocurrió con esos fondos es un misterio para los
investigadores. En su página web oficial no hay rastro de los cursos que
habría promovido ni tampoco de su hipotético resultado, ni tampoco se aclara
qué dinero fue administrado directamente por ella y cuánto desvió a sus
entidades asociadas. Desde la propia CAVA reconocen que la asociación está
funcionando en estos momentos bajo mínimos. “Estamos en una época complicada.
En estos momentos no nos paga nadie las cuotas, así que seguimos trabajando
pero tenemos muy pocos recursos”, admite un empleado de la confederación,
Rafael, un nombre falso para evitar que sufra represalias. “¿Cuánto dices que
nos dieron? ¿Más de 600.000 euros? Eso es imposible. Ya me gustaría a mí ver
ese dinero”, asegura incrédulo Rafael, con una larga trayectoria a sueldo de la
Confederación.
José Saramago 8, supuesta sede oficial de la Confederación
de Vecinos
A los investigadores también les están sorprendiendo las
cantidades que repartió alegremente la Junta a estos colectivos para la
celebración de acciones formativas, y que además canalizara esas ayudas
millonarias a través de asociaciones de vecinos, que no disponen de la
infraestructura necesaria para celebrar ese tipo de programas. El propio
Rafael reconoce que todos los cursos que organizaron “se celebraron en otros
locales”. “Aquí no hay sitio para esto ni nosotros somos gente suficiente para
hacer ese tipo de cursos”, admite.
El sitio desde el que habla Rafael es un bajo en el número
48 de la avenida Luis Montoto de Sevilla. Pero esa no es la dirección oficial
de la Confederación de Vecinos. Según el registro mercantil, debería estar en
un primer piso del número 8 de la calle José Saramago (antigua calle General
García de la Herranz) de la capital hispalense. Sin embargo, en ese edificio
sólo hay viviendas y ninguno de los vecinos de ese inmueble contactados
por este diario ha oído hablar en su vida de la Confederación de Vecinos ni
de nada que se le parezca. Ni siquiera Rafael ha oído hablar nunca de esa
calle, a pesar de que en ese lugar se encuentra la dirección oficial del
organismo para el que trabaja.
Asociaciones vecinales satélite
Los residentes en el número 8 de la calle José Saramago
tampoco han oído hablar del resto de extrañas asociaciones vecinales que
figuran domiciliadas en esa misma vivienda. Una de ellas es la Asociación
de Mujeres Vecinales de Andalucía, integrada en la Confederación de
Asociaciones de Vecinos de Andalucía y que también recibió ayudas para la
celebración de cursos para trabajadores. En una convocatoria de 2009, por
ejemplo, percibió 81,238 euros y, en 2010, una de 76.956 euros y otra de
64.365 euros.
También tiene su domicilio oficial en el inmueble de la
calle José Saramago la Asociación Jóvenes Vecinos de Andalucía, otro de los
organismos satélites de CAVA. Por supuesto, también recibió fondos de la UE
para la celebración de cursos. Concretamente, en 2009 logró 58.918 euros y, en
2010, 51.448 euros.. La última ayuda que recibió Jóvenes Vecinos de Andalucía,
de 49.556 euros, figura en una resolución del 21 de marzo de 2012. Según los
datos que manejan los investigadores, esa institución dejó de tener actividad
sólo unos días después de recibir esos fondos. En estos momentos se trata de
una asociación fantasma, carente de toda actividad.
Así lo confirman en la propia Confederación, que admite que
Jóvenes Vecinos de Andalucía ya no existe. Esa asociación se ha convertido
ahora, según revelan a este diario, en Jóvenes Vecinales de Andalucía, un
ligero cambio de nombre que implica una nueva personalidad jurídica y que,
por tanto, dificulta la exigencia de responsabilidades a la anterior marca y
permite a la nueva seguir recibiendo ayudas. Todas estas prácticas son las que
están encontrándose los investigadores de la UDEF y del SISS. E incluso peores.
Después de todo, la Confederación es supuestamente la asociación vecinal más
relevante de toda Andalucía. La lista de beneficiarias de este tipo es
interminable.
La vinculación de estos colectivos con el PSOE es
intencionadamente difusa, pero en algunos puntos de Andalucía, después de tres
décadas de gobiernos socialistas, ni siquiera se esconde. Por ejemplo, la Federación
de Asociaciones de Vecinos de Cádiz, que también pertenece a la Confederación,
tiene decorada su página web con el logotipo de Agrupación del PSOE de Cádiz.
Lo habitual, no obstante, es la que las conexiones sean más sutiles y se
traduzcan en el apoyo vecinal recurrente a las medidas de los dirigentes socialistas.
La pista del dinero
Los investigadores se centran en el rastreo de los fondos.
Como ha denunciado la Cámara de Cuentas de Andalucía, las leyes aprobadas por
la Junta han permitido lasubcontratación ilimitada de los cursos para
trabajadores. La ayuda va a una entidad concreta, pero ésta puede subcontratar
con otras instituciones la realización de las acciones formativas para las que
ha sido subvencionada. Eso es lo que hicieron sistemáticamente todas las
asociaciones de vecinos que recibieron ese tipo de ayudas para suplir su falta
de medios y experiencia. Los colectivos vecinales conseguían los fondos y luego
los movían.
Félix Martín, presidente de CECAP
Y ahí es donde entran Ánfora Formación SL y Análisis
y Formación Aplicada SL, dos sociedades mercantiles de la órbita del PSOE
especializadas en la educación profesional. La primera empresa es propiedad de Pedro
Ramiro Palos Sánchez, patrono de la Fundación por el Progreso de Andalucía,
probablemente, la institución con más pedigrí de todas las que forman parte de
la galaxia asociativa del socialismo andaluz. Ánfora aparece como adjudicataria
de decenas de ayudas directas para formación. En una sola convocatoria de 2011,
por ejemplo, recibió fondos de la Consejería de Empleo por valor de 290.227
euros.
Pedro Palos Sánchez también está vinculado con la segunda
firma, Análisis y Formación Aplicada SL. Fue uno de sus administradores hasta
mayo de 2008. El actual responsable es su antiguo socio Félix Martín
Moreno, que curiosamente ocupa en la actualidad el puesto de presidente de la
federación andaluza de la patronal de empresas de formación (CECAP). Cuando
estalló la operación Edu el pasado mes de abril, Martín Moreno compareció en
público para defender la legalidad en la que se mueven la mayoría de las
empresas del sector. Pero no reveló que en 2003 concurrió a las elecciones
municipales en la lista que presentó el PSOE en Castilleja de Guzmán (Sevilla)
ni que la empresa de la que es propietario habría recibido en los últimos años
más de 1,3 millones de euros en subvenciones directas para formación de
trabajadores.
Eso es sólo una parte del negocio de las subvenciones que
acabó en las cuentas de estas dos empresas cercanas al PSOE. A esas cantidades
hay que sumar los fondos que recibieron por la vía de las asociaciones de
vecinos. Aunque no figura en las resoluciones, tanto Ánfora como Análisis y
Formación recibieron miles de euros para celebrar supuestos programas de
reciclaje de empleados a través de diferentes colectivos vecinales, que
decidieron subcontratarles las subvenciones que habían conseguido. La Junta
puso el dinero, las asociaciones vecinales actuaron como pantalla y el dinero
acabó en las cuentas de esas dos empresas. La UDEF trata de averiguar si se perdió
algo por el camino. Por ahora, sus investigadores han encontrado
irregularidades en el 85% de los expedientes analizados.
Carlos Zamora
ResponderEliminarHay que ir a votar , tenemos que echar del poder al PP si no votamos ganarán otra vez . VOTA
Eloy Sagüillo Rodríguez
ResponderEliminarSi tuviesen un mínimo de vergüenza, deberían dimitir de todo y meterse voluntariamente en la cárcel por veinte años; pero como no la tienen siguen chupando el bote, tienen tanta práctica..