Madrit ens roba?'
Algo más de cuatro mil millones de euros. Exactamente,
4.015.000.000. Ésa es la cantidad precisa de dinero que el resto de los
ciudadanos españoles transfirió al solidario modo a sus compatriotas catalanes
durante 2009, último ejercicio del que se dispone de datos consolidados. No lo
dice Madrit, sino la propia Generalitat. Tal es la cifra que consta, eso sí,
convenientemente emboscada, en el informe sobre el saldo fiscal hecho público
por Mas Colell, el consejero local del ramo. Por más señas, los ingresos del
Estado en las cuatro provincias ascendieron a 45.184 millones de euros. En
contrapartida, los catalanes recibieron vía gasto público la suma de 49.191
millones.
Sí, descreído lector soberanista, el vampírico y malhadado
Estat espanyol aportó a Cataluña más de lo que recibió de ella en concepto de
impuestos. Para seguir siendo precisos, una suma equivalente al 2,1% de su PIB.
Son números, insisto, avalados por el sello oficial de la Plaza de San Jaime.
Números, no numeritos mediáticos del ínclito Sala i Martín ni melancólicos
suspiros de Lluís Llach. Ocurre que España no nos roba; España, ¡ay!, nos
socorre. Al menos, en instantes de mudanzas y tribulaciones como el presente.
Que a los votantes censados en la demarcación se les haya hurtado la capacidad
de percibir esa evidencia es asunto bien distinto. Una consecuencia, otra más,
del efecto hipnótico de la ideología, de ese dominio imperialista de las
emociones sobre la razón que apuntala a diario el nacionalismo.
Y es que la pervivencia de la hegemonía nacionalista en
Cataluña exige que la España de charanga y pandereta perviva eternamente
instalada en el imaginario pedáneo. Para ellos, el Madrit mítico poblado por
seis millones de ociosos comedores de bocadillos de calamares es una cuestión
de vida o muerte política. Necesitan su caspa, sus moscas, sus toreros
famélicos y sus sufridos progresistas, a los que compadecer con gesto paternal
desde una atalaya de civilización y muy europea modernidad. Y así, desde la
relativa grandeza de un Cambó escindido entre la ambición de quererse el
Bismarck español o el Bolívar catalán, hasta la absoluta miseria de ese Artur
Mas travestido de Umberto Bossi en La Moncloa y de Francesc Pujols en Las
Ramblas, hemos perdido los últimos cien años.
José García Domínguez LD
Miguel Fernández
ResponderEliminar¿Pensarán en el 4% de esa cantidad?. Por cierto: toda esa pasta, seguramente quedará en el "debe" de España, que habremos de pagar los españoles durante Dios sabe cuántos años para que, encima, nos insulten.
Mamen Pagán
ResponderEliminarEl problema no es ni la candidez madrileña ni la engañifa del seny ni nada de eso. El problema es que hemos hecho una ley electoral que pone a la nación a los pies de los partidos nacionalistas / secesionistas. Y así nos va y nos irá, mientras no la cambiemos.
j pablo perez
ResponderEliminarSi fuesen inocentes no les importaría que les investigasen y no demandaría a El Mundo.
Aurora Sanchez Galan
ResponderEliminarmuy interesante
Angeles Vera Lasaga
ResponderEliminar¡Magnifico ,pero desgraciadamente esto no lo sabe el pueblo catalan !
Eladio Fernández
ResponderEliminarBuenos datos.
Miguel Fernández
ResponderEliminarEsto es lo mismo que los etarras, acusando a la Guardia Civil de asesinos y torturadores, o a los separatistas, acusando a los españoles de "perseguir" al idioma regional. Perpetran lo que acusan.